EL COVID-19, LAS CIUDADES Y LA ECONOMÍA URBANA
Escribir un artículo sobre los efectos del COVID–19 en las ciudades es arriesgado, ya que actualmente todo pensamiento sobre el tema cae dentro del ámbito de la especulación, debido a que esta pandemia que ha afectado a todo el mundo, nos ha tomado a todos de improviso, generando aislamiento social y una paralización económica global, dejando como lo único seguro, la incertidumbre con la que tenemos que vivir en estos momentos.
Sin embargo, es importante reflexionar sobre este hecho y las implicaciones que podría tener en los diferentes ámbitos de la existencia del hombre como especie, en un mundo cada vez más interconectado; en el caso concreto que nos aborda: en el ámbito de las ciudades, la sociedad y los modos productivos relacionados con el quehacer de lo urbano. Lo primero que debemos analizar es el papel que han jugado las ciudades en este proceso y el impacto que ha generado en los modos de convivencia que son el estandarte y la razón de ser de los espacios urbanos.
Las ciudades han sido el medio idóneo de propagación de la pandemia por su propia naturaleza de espacio esencial de interacción humana y convivencia
comunitaria dentro de su propio tejido denso por antonomasia. Es por esto que no nos sorprende el hecho que sea un fenómeno engendrado y transmitido en las ciudades.
En este mundo hiperconectado, las ciudades se han convertido en unidades de un sistema más complejo, cooperativo e interdependiente. Y es precisamente la naturaleza de este sistema lo que se ha puesto a prueba con el confinamiento de la población y la paralización de las actividades económicas para fortalecer el aislamiento e interrumpir la propagación del virus. Existen varios aspectos relacionados con la vida en las ciudades que deben ser motivo de reflexión a partir de la crisis provocada por esta pandemia, y son estos componentes que deberán redefinirse en la era pos-COVID-19. Estos son, a saber:
MOVILIDAD Y CONEXIÓN
La capacidad de interconexión entre las redes de ciudades, que son uno de los motores de impulso de desarrollo no solo local, sino también regional e
internacional, son los que se han constituido como medios de control de los desplazamientos poblacionales para así tratar de contener la epidemia en el marco interurbano, regional e internacional. Sin embargo, es tema de análisis la imposibilidad de romper la interdependencia por su función en los canales de suministro de bienes y servicios, principalmente para las grandes concentraciones poblacionales en los centros urbanos y, sobre todo, en las zonas metropolitanas, y así manejar sus medidas de apertura para mantener la seguridad alimentaria y el suministro de productos básicos.
ESPACIOS PÚBLICOS
Dentro de este tema se refuerza la discusión ya iniciada en los ámbitos académicos y de la planificación sobre la nueva lectura y función de estos espacios, a partir de la reconfiguración y reforzamiento de los espacios virtuales de interacción. Los espacios públicos deben convertirse en los objetivos primordiales en el enfoque de la inversión pública como espacios de amortiguamiento de las densidades poblacionales, principalmente en los sectores vulnerables y para la generación de condiciones ambientales adecuadas en los centros de concentración poblacional. Estos espacios urbanos deben asumir un nuevo carácter como espacios de resiliencia urbana, fortaleciendo su carácter de articulador social, comunitario, ambiental y sanitario.
ASENTAMIENTOS CON SERVICIOS PRECARIOS
El cumplimiento de las medidas del estado de emergencia se ha visto a prueba, principalmente en los sectores con asentamientos con servicios precarios
donde no existen las condiciones de hábitat para poder mantener a la población en una cuarentena de manera adecuada y donde la dinámica de los habitantes depende de su relación con la calle y del contacto de proximidad con los demás pobladores. Esto enfocado de manera especial a los medios productivos de comercio informal que corresponde a más de un 80% de la población vulnerable.
La necesidad de una inversión pública enfocada en estos sectores adquiere una relevancia especial y deben abordarse a partir de metodologías como la
del Plan Integral de Mejoramiento Barrial, tal como se establece en el POT Capital 2030, que se enfoca en mejorar las conexiones internas de los sectores y externa con su entorno inmediato y con la ciudad, la mejora de los servicios urbanos básicos y la dotación de espacios públicos de escala barrial con las condiciones espaciales y ambientales que les permitan convertirse en espacios de resiliencia urbana en momentos de desastres naturales y de crisis sanitaria.
VIVIENDA SOCIAL
Uno de los componentes esenciales dentro de la estructura de inversión de la gestión pública lo representa la dotación de vivienda social que permite
dar condiciones de dignidad a las personas que viven en condiciones de vulnerabilidad. En nuestro país, la inversión en vivienda social por parte del Estado ha ido decreciendo de manera dramática, pasando de una inversión pública en el sector vivienda de RD$ 11,374,290 en el año 2012 a RD$ 2,995,500 en el año 2018, lo que representa una disminución de un 74% en seis años. Es esencial la reactivación de este tipo de inversión como elemento de garantía y dignidad para las poblaciones en condiciones de vulnerabilidad, sobre todo a la luz de la necesidad de aislamiento social con las condiciones de hábitat adecuadas.
LA TECNOLOGÍA
Un aspecto a estudiar es el papel que debe jugar la tecnología como elemento esencial en el manejo de la crisis y más articulada con los procesos científicos y de resiliencia económica. Algo que se ha comprobado de manera clara es la resiliencia de ciertos modos de producción económica a través del
uso de las herramientas tecnológicas digitales. Es importante no perder de vista la potencial inversión en el fortalecimiento y la tecnificación de los procesos laborales, en la que podrían avocarse las corporaciones empresariales a la luz del impacto que la paralización de las actividades productivas han ocasionado dentro de sus economías y como medios de previsión en el caso de pandemias futuras.
De igual manera, es importante evaluar la relevancia de los medios de comunicación digital en el ámbito productivo local, que ha permitido en gran medida mantener activos con cierta regularidad y eficiencia los servicios profesionales y que pueden incidir de manera directa en la reconfiguración de un nuevo modelo de gestión de la ciudad, al dar apertura a un cambio a la modalidad de trabajo no presencial, que puede tener impacto considerable en los procesos de movilidad que cada vez son más precarios, principalmente en países del tercer mundo.
En el ámbito de la información, la precariedad en la captura y manejo de datos territoriales, económicos y sociales han dificultado los procesos de toma
de decisiones y difusión de la información por los sectores gubernamentales. De ahí que adquiere una relevancia extraordinaria la creación de sistemas de
Open Data para el levantamiento, manejo, gestión, difusión y seguimiento de la información relevante de las dinámicas urbanas, de los procesos sociales,
del desarrollo de los lineamientos económicos y del análisis del impacto de las medidas sanitarias en los diferentes sectores de la ciudad y de la nación.
IMPULSO DE LA ECONOMÍA URBANA EN LA ERA POSCOVID-19
Antes de enfocar los aspectos de la economía local, específicamente en el sector de la construcción, es importante analizar la proyección del impacto que el COVID-19 tendrá en Latinoamérica. Según la CEPAL, el impacto económico de la pandemia afectará a más de 200,000,000 de personas, con una proyección de crecimiento de la pobreza en 35,000,000 de personas, con una aumento de la tasa de desempleo de un 10%.
Dos aspectos fundamentales que debemos considerar es la contracción de la actividad turística en un 25% y una disminución de las exportaciones en casi un 11%, ya que el decrecimiento de estos rubros tienen un impacto directo en la economía nacional al representar dos de los principales renglones de contribución al producto interno bruto (PIB).
La proyección de este impacto puede afectar a un gran por ciento de la población, considerado como la masa más vulnerable, que en nuestro país se constituye en un 50.69% pobres, 32.69 % clase baja y 11.44% clase media baja. Estas categorías sociales son las que, según la proyección realizada por la CEPAL, pueden ser impactadas con mayor fuerza, pudiendo descender de la escala social por la incapacidad de acceder a fuentes de empleos formales, y que en nuestra realidad constituyen la gran base de la pirámide social correspondiente a un 94.82% de la población.
EL SECTOR CONSTRUCCIÓN POS-COVID-19 EN LA REPÚBLICA DOMINICANA
CONTEXTO
El sector construcción en la República Dominicana es uno de los rubros económicos de mayor crecimiento en las últimas décadas, aportando al producto interno bruto (PIB) un 11.8% y con una tasa de crecimiento de un 7.9% en el año 2019; además, con un aporte fiscal de un 2%, con un aporte a la recaudación de venta de 3.8% y a la recaudación de ITBIS de un 3.7%. De igual manera, el sector construcción privado aporta un 89% a la inversión en infraestructura y vivienda, realizándolo con una tasa de financiamiento activa de 11.2% y contribuyendo a la cartera de préstamo en un 31.7%.
RESPUESTAS PARA EL SECTOR CONSTRUCCIÓN POS-COVID-19
A partir del análisis de este contexto, se deben establecer políticas que permitan la rápida activación de este sector por ser una de las principales fuentes
de generación de empleo formal, ya que aporta un ingreso laboral promedio de RD$ 27,485.00, que representa un 36% por encima del salario mínimo más alto establecido por el sector privado, además de ser el principal actor de inversión en la dotación de viviendas para los diferentes sectores sociales. Estas medidas económicas y de políticas públicas para crear las condiciones a la inversión privada y la reactivación de las economías locales deben pensarse tanto a escala del Gobierno Central como de los gobiernos locales.
DESDE EL GOBIERNO CENTRAL
1. Liberación del encaje legal para ayudara la baja de las tasas de financiamiento (11.4%) sobre todo para las inversiones en vivienda social, para que los sectores económicamente más vulnerables puedan acceder a fuentes de financiamiento con tasas más bajas.
2. Ampliar el rango del uso del encaje legal para que puedan alcanzar un mayor rango de tipologías edificatorias.
3. Suspensión del cobro de los créditos bancarios en los primeros cuatro meses de reactivación económica.
4. Concesión de líneas de crédito para el pago de nóminas de las empresas del sector construcción.
5. Aplicar políticas de reducción de costos a los insumos de los derivados del petróleo, aprovechando la caída a mínimos históricos del barril.
6. Creación de una base impositiva más flexible para las pequeñas y medianas empresas con el fin de promover el emprendimiento y los nuevos negocios
en los sectores profesionales liberales.
DESDE LOS GOBIERNOS LOCALES
1. Promover el emprendimiento y las economías locales a través de apoyo a las pequeñas y medianas empresas y las incubadoras de negocios.
2. Crear nuevos instrumentos de planificación que promuevan la recalificación del suelo urbano, a través de incentivos para generar condiciones favorables para la inversión nacional y extranjera.
3. Localización de fondos especiales para el financiamiento de proyectos integrales de mejoramiento barrial, que permitan mejorar las
condiciones de habitabilidad de los asentamientos con servicios precarios.
4. Creación de sistemas de Open Data que permitan levantar, gestionar, analizar y actualizar información territorial para la toma de decisiones y así estar más preparados para las incidencias de otras pandemias.
Para terminar cito a Alicia Barcena, Secretaria Ejecutivade la Comisión Económica para América Latina (CEPAL) quien estableció:
“NECESITAMOS REPENSAR TODO, LA ECONÓMICA COMPLETA”
La vulnerabilidad que estamos viviendo de manera integral a nivel mundial pone en entre dicho todos los paradigmas incluso nuestras escalas de valores
como mundo, nación, sociedad y como individuos. No solamente debemos detenernos a buscar soluciones para los aspectos económicos sino que debemos llegar a la reflexión de cómo nos relacionamos como entes sociales y como invertimos los recursos esenciales que deben generar equidad social en todas las naciones. Ha quedado evidenciadas todas nuestras deficiencias como humanidad y esta pandemia nos da la oportunidad de repesarlo todo
con el fin de generar una sociedad más solidaria, justa y humana.
Autor: Amin Abel Santos, Arquitecto
Director de Planeamiento Urbano del Ayuntamiento del Distrito Nacional
Profesor de la Escuela de Arquitectura de la Universidad Iberoamericana UNIBE
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