La entrevista con Roberto Herrera Polanco resultó ser un diálogo fluido y amplio, en el que habló de su gran amor por la ingeniería civil, la felicidad que siente al ocupar su posición en el Ministerio, sus proyecciones futuras y otros temas de igual importancia.

Roberto Herrera Polanco nos recibió en su oficina con la calidez con la que se recibe a un familiar. Allí nos contó que desde pequeño siempre quiso ser ingeniero civil y que la pieza clave para esa inclinación fue su padre, quien trabajaba en una empresa relacionada con la mecánica de suelos.

«Mi niñez fue linda», resalta el viceministro con mucha emotividad, hace una pequeña pausa, sonríe y prosigue: «llena de amor y del cuidado de mis padres, incluso tuve el privilegio de tener dos madres y un padre extraordinario. Crecí en un barrio de la capital con limitaciones, obviamente, sin embargo, es algo que agradezco muchísimo, porque uno crece en lo humano y profesional».

Roberto es una persona que agradece la educación recibida en el seno familiar y dice que de adulto es que realmente se da cuenta de lo importante que es una buena formación de este tipo y que es precisamente lo que agradece de la suya. Es hijo de Ángel Bolívar Herrera (padre), Mercedes Polanco (madre), y Bertha Díaz (madre de crianza).

Al preguntarle sobre quién sería la persona que lo inspira en lo personal e incluso lo guía en sus decisiones, responde sin titubear que su padre, el ser humano que más admira, el que le enseñó el valor de ser honesto: «En mi esquema mental no cabe una persona que desee tener algo que no le pertenezca, ni aceptar situaciones fuera de las normas, y esto tiene que ver mucho con mi posición actual».

El sentido de la transparencia y de la honestidad son lineamientos que marcan la vida de Roberto y la de su familia todos los días. ¡Claro!, sus dos madres también tienen un lugar vital en su corazón y trayectoria; de ambas recibió el amor y la ternura que solo ese ser especial puede transmitir.

Herrera recalca que con la posición que tiene actualmente, es que realmente resuena todo el aprendizaje adquirido de sus padres. «Yo entiendo que por eso estoy aquí en esta posición, para poder tomar decisiones cuando algo está mal, independientemente si implica a mi equipo de trabajo o cualquier figura clave. Es una posición que tiene que ver con los pagos a los contratistas de todas las obras del país y de las entidades más grandes. La honestidad que me enseñaron es lo que permite un mejor manejo de decisiones».

En ese sentido, Roberto no duda en declarar que es feliz a la hora de tomar decisiones cuando algo no está bien. Entiende que para progresar solo se requiere de dos habilidades: hacer las cosas bien (de manera honrada) y con amor. Es, definitivamente, de acuerdo a su percepción, la única forma que garantiza la satisfacción desde cualquier posición laboral.

Trayectoria política y empresarial

El actual viceministro de supervisión y fiscalización del Ministerio de Obras Públicas es ingeniero civil graduado en la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), con maestría en Ingeniería de Evaluación Ambiental, también en la UASD. Pero además de amar la ingeniería, siempre ha corrido «sangre política» en sus venas.

De joven siempre le gustó el mundo del liderazgo político, e inspirado en la ideología de José Francisco Peña Gómez, entró al Partido Revolucionario Dominicano (PRD) en el año 1986.

«Desde que me gradué de la universidad, entré a trabajar en Obras Públicas, me sentí muy bien en mi primer empleo desde el 1993 hasta el 2001. Luego pasé al Ministerio de Turismo con Fello Suberví, como subdirector de planeamiento del turismo, y ya en 2002 renunció porque inició como subdirector de obras en el primer ayuntamiento que hubo en Santo Domingo Norte. Hoy estoy aquí, formando parte de un gobierno que, a mi entender, encarna los ideales de Peña Gómez en su época».

Desde el punto de vista político, Herrera dice sentirse realizado porque le llegó el momento de implementar las nuevas acciones y de cristalizar las acciones que en algún momento de su vida sentía que debían hacerse para mejorar el sector construcción público.

Está muy convencido de que la forma de hacer política en el país está cambiando de manera positiva, y que resultará un proceso lento, pero firme. «Para mí hay una transición política. El pensamiento de que la política es para conseguir bienes y lograr cosas sin un aval ni sacrificios, va quedando atrás. La sociedad ya no asimila que se puede entrar al mundo político para enriquecer a élites sin justificación y que no pase nada».

A pesar de lo involucrado que estaba con el mundo político, el ingeniero también tuvo un momento en el que decidió hacer una pausa y dedicarse a la ingeniería civil y la conformación de su empresa. Tal y como afirmó, desde joven estaba vinculado a la geotécnia (mecánica del suelo), que consiste en saber cómo se comportan los tipos de suelos para la construcción de cualquier proyecto. Es un estudio del suelo para determinar si es estable para construir desde una casa hasta un puente.

«Es a partir del 2008 que adquiero mi equipo de sondeo y desde allí comenzó mi empresa. Gracias a Dios tenemos una empresa familiar bien plantada, de hecho, si mi esposa no se hace cargo de ella, no estaría aquí en esta posición. Afortunadamente, desde hace 14 años ella la maneja, y diría que lo hace mejor que yo. La empresa sigue creciendo y yo estoy aquí, haciendo el aporte que debo hacer a la sociedad».

Su empresa de geotécnia tiene anotado un largo listado de importantes estudios de suelos en todo el territorio nacional, incluidos complejos turísticos, residenciales, torres y otros. Algunos de ellos: RIU Hotels & Resorts, Hotel Dreams; Proyecto Turístico Punta Palma, Punta Cana, Higüey; Edificio Administrativo Gerencial Central INFOTEP; Torre La Coruña, Bella Vista, D. N; colocación de soporte de Zip Line, Los Cayos, Samaná. Además, el análisis de suelos internacionales para el Citibank, Seabord y otras como CiudMed.

También ha colaborado en diseños de pavimentos de carreteras como: El Manguito, El Banano Pedernales (2014); Jarabacoa-Manabao, La Vega (2015); Manabao, La Ciénaga, La Vega; la supervisión de control de compactación camino vecinal Cruce Jicomé, provincia Valverde y otras más; supervisión de control de calidad y compactación de la subbase, base y mezcla asfáltica de la carretera en San Marcos Abajo-San Marcos Arriba-Teleférico, y Cupey, Puerto Plata (2008-2010).

Desafios desde su cargo

El viceministro de Supervisión y Fiscalización del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones nos comenta que el reto mayor al que se enfrentó en el ministerio fue el hecho de que el departamento de fiscalización adolecía de una «real supervisión».

«El reto más grande fue implantar o iniciar un proceso eficiente de supervisión y fiscalización de obras. Y uno de los puntos más debatidos dentro de este tema de las obras públicas es la corrupción en la Ley 340-06 de Compras y Contrataciones Públicas, y el tema de los sorteos y las licitaciones; resulta que el problema estaba en la supervisión de las grandes y pequeñas obras, por un asunto de falta de profesionalidad y mal manejo».

Asume que desde su posición tiene el deber de enfatizar la supervisión y de ahorrar el dinero del Estado, para que este sea invertido en la construcción de otras obras para el bien común. Tanto así que están creando una unidad de supervisión, en donde hay más filtros de control. Herrera también suma otros desafíos: el «mal común» de los empleados que cobraban sin ir, y la cultura de cancelar a los empleados con la entrada de nuevos gobiernos. Entiende que esto último debe desaparecer puesto que hay técnicos con mucho tiempo trabajando y cumplen su función de manera eficiente, por lo que no hay que prescindir de ellos.

Otro gran compromiso que tiene que superar son las obras que adolecen de calidad. Él entiende que, a pesar de que un proyecto se construye con un límite de vida, no significa que, con los leves cambios del clima, sucumban tan rápido y cuando eso pasa es por mala práctica de ingeniería. «Las construcciones del sector privado han ido mejorando, especialmente después del sismo de Haití; pero en el sector público, considero que la calidad bajó mucho en los últimos años, y como autoridad nos toca tomar en cuenta los diseños y la supervisión».

Roberto nos habló, además, de la importancia de la calidad en las construcciones públicas, ya que, por ejemplo, un camino vecinal de un 1 km, cuesta 12 millones de pesos y si no le dan mantenimiento al cabo de dos años hay que rehacerlo de nuevo por el mismo precio. Es decir, la idea es que se construya bien y se le dé mantenimiento, de esa manera se ahorran los presupuestos.

Sector en desarrollo

Su percepción sobre el sector construcción público y privado es muy clara; explica que con la pandemia hubo una disminución en general a pesar de que la construcción a nivel privado estaba «viento en popa»; pero es de los que entiende que ha comenzado otra vez a dinamizarse, tanto en la privada como la pública. En ese sentido, «el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones va a ser un aliado en los procesos para poder aprobar los proyectos; se han aprobado muchas obras funcionales y generadoras de empleos para el país», destaca sobre el tema.

Por otro lado, para la construcción de grandes y pequeñas obras públicas, explica que normalmente hacen comparaciones con los países de la región de Centroamérica y el Caribe, paises por ejemplo como Costa Rica y Guatemala, pero buscando la manera de tener estándares por encima. «La República Dominicana, a pesar de todo, es uno de los países con un gran activo de carreteras, en términos relativos, comparándolo con los países de la región, aunque nos falta bastante, sin duda alguna».

La evolución del sector construcción público, según puntualiza el viceministro, la están encaminando desde la agilización de los procesos, ya que, con relación a los proyectos grandes, tenían la queja de los promotores de que a veces tardaban hasta un año para ser aprobados. Explica que «el mismo presidente de la República Dominicana ha hecho hincapié en los tiempos, y en la importancia de poner ya a funcionar definitivamente la “ventanilla única”, con el objetivo de centralizar todos los procesos en una sola oficina, para que sea más rápido; realmente las entidades se han puesto a tono con eso. Cada día se están haciendo esfuerzos y se están viendo resultados. Vamos bien».

Proyecciones en construcción

La meta para este año es simple, según Roberto Herrera. Él dice que desde su posición es responsable de la correcta ejecución y de que quede instalado un gran sistema de supervisión, y eliminar la famosa frase del «peaje a los contratistas favoritos». Con estas implementaciones se busca que, al término de la gestión, los procesos de pagos sean lo más transparente posible para los contratistas y para todos. «El reto que tenemos aquí es que los contratistas trabajen y cobren su dinero. De lograr pagos transparentes, para ser coherente con los valores que me dejó mi papá en primer lugar y, en segundo lugar, para estar acorde con los planes del Ministerio al que pertenezco. Ya con eso entiendo que le aporto al país desde aquí».

Ahora bien, entorno a los proyectos para este año, menciona están bien definidos y que en cada provincia se va a invertir, es decir, el presupuesto está siendo distribuido a nivel nacional, de acuerdo a las necesidades. En referencia a proyectos puntuales, menciona que «hay un proyecto que se va a licitar ahora, se trata de un puente flotante que va a sustituir el actual, porque ese puente flotante fue construido de manera transitoria. Además, se inician los estudios geotécnicos para otro gran puente paralelo al Juan Bosch».

Además, aclara que una de las proyecciones más importante para él y que el ministro en su momento dará los detalles, es la gran modernización de la autopista Duarte. Apunta que en 1994 tuvo la honra de participar en esa remodelación y ampliación desde la geotécnia, pero que ya amerita un rescate. «La autopista Duarte es una de las carreteras más importantes del país y una de las más arrabalizadas, por eso representa un gran desafío para nosotros el poder recuperar el derecho de vía ocupada por una gran cantidad de negocios y vendedores. Va a ser difícil, pero hay que hacerlo. Vamos a readecuar las autopistas para estos tiempos; con retornos y paso a desnivel, peatonal y vías inclusivas para los motoristas», esboza Roberto.

Para él, ser viceministro de supervisión y fiscalización del Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones le ha dado la oportunidad de aportar a la sociedad dominicana, tomando acciones diferentes. Dice: «Yo no pensaba que iba a ser tan feliz en la vida. Dios se sobregiró conmigo con el personal que tengo aquí. Estoy aquí en una posición en la que puedo hacer cosas por mi país».

«La República Dominicana, a pesar de todo, es uno de los países con un gran activo de carreteras, en términos relativos, comparándola con los países de la región, aunque nos falta bastante, sin duda alguna».

 

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Autor: Construmedia