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MAPAS DE VULNERABILIDAD

MAPAS DE VULNERABILIDAD

“GARANTIZAR LA RESILIENCIA”

¿Por qué pensar en ellos para nuestras ciudades? ¿Qué son y cómo nos pueden servir para “garantizar la resiliencia” ante un desastre?. ¿Qué pasará con los servicios de asistencia como el 911 si nos sorprende un terremoto en cualquier momento? ¿Qué pasará con los organismos de respuesta? ¿Hemos pensado alguna vez en que esos sistemas pueden verse incapacitados por la simple caída de un peatonal o por colapso de un puente elevado o un edificio? ¿En qué forma estas situaciones, hasta el momento reales en otros países después de un terremoto, se están tomando en cuenta en la actualidad y se está planificando su respuesta y/o prevención?

La mayoría de las respuestas a estas preguntas vienen directamente relacionadas al concepto de moda de los últimos tiempos que se denomina ciudad, país resiliente. Sucede que partiendo de este principio se supone que debemos estar preparados para el “terremoto esperado” pero normalmente olvidamos que ningún país del mundo está preparado para un terremoto y mucho menos aquellos que no aplican la prevención y la mitigación como parte de su vida diaria.

“SIN PREVENCIÓN NO HAY RESILIENCIA”
De ahí mi expresión: “Sin prevención no hay resiliencia”, si no comenzamos a entender el riesgo y a estudiar la realidad sobre nuestras vulnerabilidades. Queda claro a simple vista que estaremos en una situación muy difícil y prácticamente con los brazos cruzados ante la tragedia, esperando a lo sumo las ayudas internacionales.

Visto esto te invito a que reflexionemos acerca de lo que podemos ir haciendo por el respeto a la vida, antes del terremoto, porque la otra expresión de muchos años se refiere a: “Aún tenemos tiempo” y ese tiempo que debe ser de calidad para iniciar la eliminación y/o control de nuestras vulnerabilidades, lo tenemos mientras nos llega ese terremoto del que tanto se habla y que a Dios las gracias nos está dando tiempo para intervenir nuestras edificaciones esenciales, al menos en principio.

Cuando hablamos de la elaboración de mapas de vulnerabilidad a nivel nacional, estamos proponiendo un escenario donde manzana por manzana podamos detectar las vulnerabilidades de cada una, a partir de la evaluación de sus edificaciones utilizando por ejemplo, la metodología propuesta por el FEMA P-154, que nos permite visualmente, a partir de completar un formulario al respecto, determinar si la edificación observada presenta algún tipo de vulnerabilidad al ser impactada por un terremoto.

En otras palabras, lo que propongo es estudiar y comprender nuestras posibles vulnerabilidades y poder a partir de ahí, establecer otras rutas alternas para que se pueda mantener la eficiencia de los servicios de asistencia y respuesta, que vamos a necesitar a la hora de tener que vivir esta situación calamitosa.

Hasta este momento solo me he referido a lo más simple y conocido prácticamente por todos los que estamos en esta área, como método a ser aplicado a nuestras edificaciones.

No obstante, la propuesta trasciende y pretende, en las diferentes provincias y municipios hacer un mapa que contenga la localización de todos los centros educativos, así como los centros de salud, públicos y privados, con la intención de estudiar sus vulnerabilidades e iniciar en caso necesario, un proceso de refuerzo con miras a garantizar primero la vida de sus ocupantes y segundo el servicio tan necesario que prestan a la sociedad.

Por otra parte, necesitamos mirar los posibles obstáculos que pueden intervenir de manera directa en la formación del caos, me refiero a nuestro sistema vial interno de nuestras ciudades, mirar detenidamente aquellos elementos que pueden caer e interrumpir el libre tránsito en ese momento.

A manera de ejemplo me permito compartir algunas imágenes de un trabajo que iniciamos en 2018 cuando comenzamos a plasmar esta inquietud o idea de conocimiento para proponer soluciones, en una parte del Gran Santo Domingo que corresponde al Distrito Nacional. No sin antes expresar que esta propuesta incluye necesariamente todos los pasos a desnivel, puentes elevados, túneles, así como también los puentes peatonales. Esto así porque necesitamos revisarlos para de esa manera prever y en caso necesario tomar las acciones correspondientes para su preservación, debido a que representan los mayores obstáculos a salvar a la hora del colapso de cualesquiera de ellos, porque se convertirían en obstáculos en lugar de ser garantes de la solución en ese momento.

Cuando hablamos de la elaboración de mapas de vulnerabilidad a nivel nacional, estamos proponiendo un escenario donde manzana por manzana podamos detectar las vulnerabilidades de cada una, a partir de la evaluación de sus edificaciones utilizando por ejemplo, la metodología propuesta por el FEMA P-154, que nos permite visualmente, a partir de completar un formulario al respecto, determinar si la edificación observada presenta algún tipo de vulnerabilidad al ser impactada por un terremoto.

Cada línea de diferente color nos muestra una idea de rutas alternas a tomar a la hora de que se dé una situación en el centro educativo indicado a manera de ejemplo y se requiera llegar a la clínica más cercana, partiendo de la presencia de posibles obstáculos que imposibiliten el paso directo, estimando los tiempos a pie y en vehículo.

Como un esfuerzo para tener una idea si finalizáramos el ejercicio, nuestro escenario después del terremoto podría parecerse bastante a este, quedando posiblemente dividida la ciudad en tres zonas “autosuficientes”, indicados en asteriscos rojos, los elementos con posibles colapsos que podrían ser los causantes de esta situación esquemática.

Esta es mi invitación, estas son algunas de mis reflexiones, preocupaciones y porqué no decirlo, mis propuestas de soluciones al pensar en cómo podemos ser menos impactados por los efectos de un terremoto que nos afecte. Un aporte simple a un problema complejo.

Este mapa indica el posible escenario de cómo podríamos quedar divididos luego de la ocurrencia de un terremoto.

Como podemos ver, nuestro escenario esta mostrado con este ejemplo desarrollado como fruto de una preocupación hacia la búsqueda de soluciones, nuestra responsabilidad profesional también, unamos esfuerzos para hacer realidad la tan querida y necesaria resiliencia, iniciemos el camino hacia el respeto a nuestra realidad y hacia la toma de conciencia, con el deseo firme de reconocerlo y contribuir a resolverlo. ¡Aún tenemos tiempo!.

 


Autor: Construmedia

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