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INGENIERO ARQUITECTO EUGENIO PÉREZ MONTÁS

INGENIERO ARQUITECTO EUGENIO PÉREZ MONTÁS

“Siento que he ayudado a reconstruir la Ciudad Colonial. Gran parte de mi obra como arquitecto está en la restauración de la ciudad de Santo Domingo”.

Él es una figura clave cuando se trata el tema de la reconstrucción y restauración del patrimonio arquitectónico dominicano, y es un acérrimo defensor de la conservación de monumentos nacionales, muchos de los que ha tenido la responsabilidad de intervenir. El Museo de las Casas Reales (Palacio de la Real Audiencia y Palacio de los Capitanes Generales), la Catedral Basílica Metropolitana, Conjunto de la Plazoleta y Callejón de los Curas, proyecto Alcázar de Colón y Convento Regina Angelorum, son algunos de ellos.

Iluso es quien piense que un simple mortal pueda plasmar en papel la historia del hombre responsable de restaurar y salvaguardar gran parte de la riqueza arquitectónica de República Dominicana, monumentos declarados Patrimonio Cultural de la Humanidad. Tan solo escribir su nombre me queda grande; empero, debo hacerlo en agradecimiento por aceptar la invitación de estar en esta edición, haberme regalado su invaluable tiempo y llevarme a un viaje que se remonta al año 1933.

“Ya estoy en los 90”, me dijo sin chistar antes de que yo pudiera prender mi grabador, apenas; nos alejábamos del portón al recorrer un camino que atraviesa parte del exuberante jardín para llegar a una fresca terraza de doble altura. Llegamos rápido, pues él no camina lento, como perdonando el tiempo; y la edad parece que no se le ha venido encima.

Allí me sentí fuera de la ciudad, conversando relaja con el ingeniero arquitecto Eugenio Pérez Montás, quien en realidad cumplirá sus noventa años en el primer trimestre del próximo año; en fin, la edad es lo de menos cuando se trata de todo lo que ha vivido, logrado y compartido.

Su nombre de pila es Eugenio José Pérez Montás. Nació en Santo Domingo en el año 1933. Desde pequeño vivió en la calle Danae, en una época en que la ciudad llegaba hasta la Pasteur. “La calle se abrió después del huracán San Zenón, en 1930. Algunas casas comenzaron a construirse allí, y una de ellas era de mis padres”.

Eugenio es hijo de Ramón Pérez Pereira, comerciante; y Esther Montás Valdez, taquígrafa, hija de un importante terrateniente llamado Eugenio Montás González; de ahí el nombre del ingeniero.

“Ambos eran de San Cristóbal. Mi padre, al igual que sus padres, era comerciante; y mi madre tomaba las conversaciones de los senadores, las convertía en actas, las firmaba y luego las firmaba el presidente del Senado en la época del presidente Horacio Vásquez”.

Eugenio recuerda cada etapa de su vida, incluso quiénes residían a su alrededor, y los menciona con nombres y apellidos como el caso de Aminta Ledesma, la primera esposa de Trujillo, y madre de Flor de Oro. También la reconocida pianista Aída Bonnelly de Díaz

“La calle Danae era un universo pequeño lleno de familias de clase media, y clase media alta”. Además de dominicanos procedentes de diferentes provincias, moraron allí alemanes, españoles e italianos. “Vivían militares y personas que estuvieron involucradas en la muerte de Trujillo. Viví allí hasta que me casé”.

SU FORMACIÓN

Eugenio realizó sus estudios primarios en el Colegio Cervantes; Colegio de las Amiama; Sagrado Corazón (Amalia Aybar) y Colegio Santo Tomás (de don Parmenio Troncoso); e hizo el bachiller en Ciencias Físicas y Matemáticas en la Escuela Normal, hasta 1950; y fue también alumno del Liceo Nacional.

Tomó clases extracurriculares en el Conservatorio Nacional de Música (director, Luis Mena); y pasó dos años en la Escuela Nacional de Bellas Artes (director, Manolo Pascual). “De niño estudiaba en el Colegio Santo Tomás. Recuerdo que iba de 8:00 de la mañana a 12:00 del mediodía, y por las tardes: 3:00 a 5:00 p. m. A las 5 salía y me iba al conservatorio a estudiar música, allí estuve cuatro años, después entré a la Escuela de Bellas Artes, que estaba frente a la iglesia de las Mercedes; la acababan de fundar. Dejé la música y me fui a estudiar pintura”.

Pérez se graduó de ingeniero arquitecto en la Universidad Autónoma de Santo Domingo, donde estudió desde el año 1950 hasta 1956. Entre los años 1953 y 1956, fue ayudante del Departamento de Ingeniería del Instituto Dominicano de Seguros Sociales.

“Cuando me gradué, la congregación Mariana me mandó a estudiar a Madrid, España, con varios miembros más de la congregación, entidad que tenía, entre otras finalidades, la creación de líderes. Pérez, por su sobresaliente desempeño, fue becario en el Instituto de la Vivienda en Madrid; y presidente de la Asociación de Estudiantes Dominicanos en España (1956-57).

“Duré menos de un año en España. El padre entró en conflicto con Trujillo y cancelaron la beca. Pero tuve la suerte de que el Departamento de Estado de los Estados Unidos me diera una beca”. Recuerda que cuando recibió la noticia estaba en Peulla, Italia, aprovechando el verano para estudiar italiano en una universidad para extranjeros que funciona solamente en verano.

El embajador dominicano en Italia en esa época era Pedro Troncoso Sánchez, destacado abogado y diplomático que fue rector de la UASD; conocía a su mamá y a Eugenio también.

“Mi mamá lo llamó por teléfono a Roma y él me llamó a Peulla. Yo tenía siempre el cuidado de estar en contacto con las embajadas por si acaso, y ese “por si acaso” funcionó porque don Pedro me consiguió y me dijo que dentro de una semana tenía que estar en Nueva York. Me dieron la beca a través del Instituto Cultural Domínico-Americano (donde también aprendí inglés)”.

Así fue cómo de Italia viajó a Estados Unidos para hacer la maestría, primero a Austin, Texas, y luego a la Escuela de Arquitectura de la Universidad de Oregon, donde fue presidente de la Asociación de Estudiantes Extranjeros (1957-58). Estudió también idiomas en la Universidad de Texas, en el año 1958. En 1963 hace una maestría en Comprehensive Planning en el Institute of Social Studies, Holanda.

TRAYECTORIA

“Como yo había estudiado urbanismo en Oregon, me nombraron director de Planeamiento Urbano de la Liga Municipal. Tenía a mi cargo todas las ciudades del país, menos Santo Domingo. En esa época era todo muy pequeño”, narra sobre el período en que regresó al país lejos de imaginar que la expedición de Constanza, Maimón y Estero Hondo del 14 y el 20 de junio de 1959, estaba a la vuelta de la esquina.

“En esa época pasaron muchas cosas. Recuerdo que de Estados Unidos viajé a México para la inauguración de los edificios de la Universidad de México. Cuando llegué al consulado dominicano, en San Francisco, Estados Unidos, me aconsejaron regresara a Santo Domingo. Ellos sabían lo que estaba ocurriendo, pero no me informaron nada”. Era una época peligrosa en la que recordó que tres de sus tíos maternos habían muerto, claro, en tiempos anteriores. “Fueron muertos de guerra”, reconoce.

A todo esto, dos años de la expedición, en 1961 mataron a Trujillo, “luego vino la Unión Cívica, la revolución, el asalto a las casas, el cambio de gobierno, luego nombran el Consejo de Estado…Todo eso pasó en cuatro años. Fue una historia larga en un corto período de tiempo”. Y fue precisamente en esa época tan turbulenta que Eugenio inició su carrera como funcionario público hasta la fecha.

El también autor, reconoce que siempre ha sido maestro de escuela, y que comenzó dando clases en la Universidad Autónoma de Santo Domingo. Hay que destacar que ha estado relacionado con el mundo académico por casi cincuenta años. Su extensa carrera universitaria le ha merecido un doctorado Honoris Causa en Arquitectura otorgado por la Universidad Nacional Pedro Henríquez Ureña, de la cual es fundador. También fue rector del Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español y miembro fundador de la Organización del Gran Caribe para los Monumentos y los Sitios (CARIMOS).

Eugenio dirigió, desde su creación, el Museo de las Casas Reales, y presidió el Programa Nacional de Arqueología Submarina de la República Dominicana. Asimismo, desde su fundación, dirigió por unos 15 años la Oficina de la Obra y Museos de la Catedral. Pertenece y ha pertenecido a un sinnúmero de organizaciones, entre ellas destacan dos por haber sido su fundador, primer presidente y Socio de Honor del Comité Dominicano del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS) y del Comité Dominicano del ICOM (Consejo Internacional de Museos).

Además, es directivo y asesor de instituciones culturales. Fue asesor del Consejo Nacional de Asuntos Urbanos y asesor del Consejo Consultivo para el Plan Regulador del Ayuntamiento del Distrito Nacional (año 2000). Otras funciones desempeñadas a destacar son: Primer director de la Oficina de Planeamiento Urbano de la Liga Municipal Dominicana (1959); miembro del Comité Técnico de la Feria Internacional del Primer Centenario de la Restauración (1959); miembro fundador del Partido Revolucionario Social Cristiano; miembro fundador del Colegio Dominicano de Ingenieros, Arquitectos y Agrimensores, (1961); decano interino de la Facultad de Arte y Arquitectura de la UNPHU (1968).

En el año 1959 fue designado catedrático de la Universidad de Santo Domingo, como profesor de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura, donde impartía Historia del Arte, Historia de la Arquitectura y Dibujo Técnico.

Luego recibió la designación de profesor a tiempo completo de la UASD y dedicación exclusiva: miembro del Comité de Planificación Física conjuntamente con los arquitectos Guillermo González Sánchez y Manuel Baquero Ricart (1964). Fue, además, el director del inventario de casas coloniales en Santo Domingo, con la asesoría de José Menéndez Pidal, en ese mismo año. Coordinador Proyecto ESSO Santo Domingo Colonial (conjuntamente con Gautier, Santoni; Cott); y miembro de la Comisión Temporal de Ornato Cívico para la Zona Colonial (Parque Padre Billini-Plazoleta de los Curas; Plaza María de Toledo).

Sus obras abarcan una gran diversidad: edificios públicos, residenciales, casas coloniales, monumentos nacionales, plazas públicas, parques, avenidas y bulevares; urbanizaciones. En esta larga lista se encuentran los edificios públicos: Palacio Municipal de Monte Plata, INAZUCAR, y Edificio T.P.A., César Nicolás Penson.

Residencias: Casas – Palacio Arzobispado de Santo Domingo, y la casa – Acevedo– Gautier; Gautier-Jorge; Pérez-Ducy; Mendoza-Valdez. Entre las casas coloniales: Casa de Diego Caballero (Arzobispado de Santo Domingo), Casa Vicini (colonial), Casa de los Jesuitas, Casa de Bastidas (Calle Las Damas), y Casa de Bibliófilos (Calle Las Damas). Monumentos nacionales: Museo de las Casas Reales (Palacio de la Real Audiencia y Palacio de los Capitanes Generales); Catedral Basílica Metropolitana-Conjunto de la Plazoleta y Callejón de los Curas; Proyecto Alcázar de Colón, y Convento Regina Angelorum.

Parques (junto al arquitecto Manuel Valverde): Mirador Sur, conjunto ecológico y parques Cayetano Germosén; parque Zoológico Nacional, parque Mirador del Este, parque de los Tres Ojos, parque de la Familia Americana y parques avenida Las Américas. En cuanto a plazas públicas, ha realizado edificaciones en Constanza, Higüey, La Vega, Jarabacoa, Santiago, Barahona, etc. Y ha sido responsable de la plaza Padre Billini; plaza María de Toledo; plaza del Reloj del Sol. Avenidas y bulevares: Bulevar del Faro a Colón (con Manuel Valverde); conjunto avenidas en Los Mameyes: Av. Eduardo Brito, Av. 26 de Enero.

EL RESTAURADOR

Eugenio Pérez Montás se casó con Angélica Gautier Abreu en el año 1963; formaron una familia y procrearon dos hijas: Soraya Eugenia y Soledad Verónica. Una de las características que más resaltan de su persona es la de ser un auténtico, ilustre y noble caballero.

Eugenio es un hombre acostumbrado a trabajar mucho, la arquitectura es su pasión y es algo que lo divierte junto con la escritura. “Soy profesor fundamentalmente de Historia de la Arquitectura y de Historia del Arte. Cuando me casé, me fui a vivir a Holanda e hice maestría en Planificación Integral.

“Lo mío es vocacional. Siempre quise ser arquitecto, urbanista y restaurador de monumentos”, fue la respuesta… cuando le pregunté si recibió alguna influencia para estudiar la carrera de Arquitectura.

“Cuando me encargaron hacer el Museo de las Casas Reales, es cuando entro a trabajar en la Ciudad Colonial, donde todavía trabajo. Fue en la época de Balaguer, me llamaron para que interviniera en la restauración de la Ciudad Colonial, que en esa época le decían zona intramuros. Había muchas casas abandonadas y destruidas por causa de la revolución”.

Dice con gran orgullo y lleno de emoción que “el Museo de las Casas Reales es uno de los edificios más importantes que se hicieron para el gobierno de Las Indias. Ahí estaba la Real Audiencia de Indias, y la Casa de Contratación. Era el centro económico y político de la época. Allí nació la Ciudad de Santo Domingo”.

Pérez Montás ha tenido muchos días de dicha, uno de ellos fue la puesta en circulación de la primera edición de “La Ciudad del Ozama, 500 años de Historia Urbana” (que ya va por la cuarta edición). Una obra que ha sido premiada nacional e internacionalmente. “Es la mejor obra que he escrito”.

Monseñor Francisco José Arnaiz estuvo a cargo de la presentación del libro por petición del autor, a quien conocía desde que era estudiante y pertenecía a la

congregación San Francisco Javier. “Arnaiz fue mi asesor espiritual, y me siento privilegiado de que haya escrito palabras de elogio para mí”.

“Don Eugenio es un gran investigador de la historia de nuestra ciudad de Santo Domingo, primada de América. Ha escrito decenas de artículos y publicaciones, entre ellas el valioso documento publicado “La Ciudad del Ozama”. Entre sus trabajos más importantes en términos de restauración se encuentra la restauración y puesta en valor de la Catedral de Santo Domingo, primada de América”, resalta el arquitecto Bienvenido Pantaleón.

Pantaleón concuerda muy bien con lo que menciona otro de sus amigos, el doctor Fabio Herrera: “El arquitecto Pérez Montás ha sido responsable de la restauración, entre otros valiosos monumentos nacionales, de la Basílica Catedral Santa María de la Encarnación, la Fortaleza Ozama y, de manera destacada, el Museo de las Casas Reales, construido en 1513 para la Real Audiencia y la Capitanía General. Es de público reconocimiento la trayectoria profesional del arquitecto Pérez Montás, intrínsecamente ligada al casco histórico de nuestra ciudad capital. Ha defendido su valor y ha velado por su conservación con verdadera pasión”.

Hace muchos años que Eugenio no practica natación ni otros deportes, pero eso no quita que siga muy activo desde su
oficina en Centro de Altos Estudios Humanísticos y del Idioma Español, ubicada, desde luego, en “su casa”: la Ciudad Colonial.

 


Construmedia

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