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BOSCO VERTICALE

BOSCO VERTICALE

Dos rascacielos residenciales biológicos y sostenibles. Decenas de especies vegetales están distribuidas en la fachada de Bosco Verticale, un conjunto de dos edificios que buscan incrementar la biodiversidad, y que han sido considerados como un ejemplo de desarrollo urbano por la Confederación de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Este proyecto es todo un espectáculo y una oda a la naturaleza.

Un complejo de dos rascacielos forman esta espectacular obra diseñada por Stefano Boeri. Su nombre en español es Bosque Vertical, pero en este artículo haremos alusión a él usando el idioma del país en que se encuentra: Bosco Verticale, Milán, Italia.

Los rascacielos están ubicados específicamente en el Centro Direzionale, en los límites de Isola, en las vías Federico Confalonieri y Gaetano de Castilla. Pero lo fascinante de esta construcción, obviamente, no es su ubicación, sino lo que este ambicioso proyecto representa en cuanto al tema de reforestación urbana.

711 árboles, 5,000 arbustos de grandes dimensiones y 15,000 plantas perennes recubren una superficie equivalente a dos hectáreas de vegetación, según el libro “Un bosque vertical. Folleto de instrucciones para el prototipo de una ciudad forestal”, escrito por el arquitecto Stefano Boeri, fundador del estudio responsable de la obra, y editado por Guido Musante y Azzurra Muzzonigro.

¿Cuáles son sus beneficios? La fachada vegetal aporta varios, tanto desde el punto de vista ambiental como climático. Uno de ellos es que genera humedad gracias a la creación de su propio microclima, otro lo es el hecho de que depura el aire, eliminando CO2 de la atmósfera y emitiendo O2. También filtra las partículas de suspensión que, técnicamente, son diminutos cuerpos sólidos o de gotitas de líquidos dispersos en la atmósfera, generadas a partir de alguna actividad antropogénica o natural; otro de los beneficios es que sirve de atenuante a la contaminación acústica y brinda protección de la radiación solar gracias a la sombra de las hojas de las plantas.

“El edificio es un prototipo de un nuevo formato de biodiversidad arquitectónica que se centra, no solo en los seres humanos, sino también en la relación entre los humanos y otras especies vivas.

 

Consta de dos torres de 80 y 112 metros de altura. Cada torre equivale a unos 50,000 metros cuadrados de viviendas unifamiliares”. Así define el estudio de arquitectura la obra.

En su página www.stefanoboeriarchitetti.net, mencionan, además, que el concepto detrás del Bosco Verticale es el de ser “hogar de los árboles y que también albergue humanos y pájaros”. Define no solo las características urbanísticas y tecnológicas del proyecto, sino también el lenguaje arquitectónico y sus cualidades expresivas. A nivel formal, las torres se caracterizan principalmente por grandes balcones escalonados y en voladizo (de tres metros cada uno), diseñados para acomodar grandes tinas externas para la vegetación y para permitir el crecimiento de árboles más grandes sin obstáculos, incluso en tres pisos del edificio.

Proceso de construcción

Dos factores estimularon la creación de esta edificación, uno de ellos fue el rechazo del arquitecto Stefano Boeri a las denominadas ciudades de minerales, cuyas edificaciones están revestidas de acero y vidrio.

Tras una investigación publicada por el también arquitecto Alejandro Zaera sobre los edificios construidos después del año 2000, se dejó en evidencia que el 94% de estos están revestidos de vidrio, lo que agudizó en Boeri la intención de crear algo que hiciera un cambio.

De acuerdo con una información que se recoge en uno de sus libros, “Boeri tuvo la idea de realizar un rascacielos revestido de árboles en abril del año 2007, pero no era en Milano, sino en Dubái” (el año pasado se inició la construcción de dos torres que será el Bosque Verde de Dubái y se espera sea la sede de la próxima COP en 2023).

Durante una visita a esta ciudad, el arquitecto tuvo la impresión de encontrarse en un lugar con decenas de nuevas torres y rascacielos, todos revestidos de vidrio, cerámica o metal, todos ellos reflejando la luz solar y, por tanto, generando calor en el aire, y sobre todo en el suelo, habitado por los peatones.

De ahí surge la idea de hacer una torre que, en lugar de estar revestida de vidrio, esté recubierta por hojas, que gracias a su fachada ayudara a la reducción del consumo de energía, gracias, precisamente, a su fachada vegetal. La inmobiliaria multinacional Hines se interesó en este proyecto cuando apenas era una idea, ya que la inmobiliaria se involucra mucho en estos temas.

El desarrollo del componente botánico, dice la web oficial de Stefano Boeri Architetti, fue fruto de tres años de estudios realizados junto a un grupo de botánicos y etólogos. “En 2010, las plantas destinadas a instalarse en las torres estaban en proceso de cultivo en un vivero especial para que ellas pudieran acostumbrarse a vivir en condiciones similares a las que se encuentran en sus eventuales hogares”.

Para el mantenimiento, los creadores explican que se usa un equipo especializado de arboricultores-escaladores que, utilizando técnicas de alpinismo, descienden del techo de los edificios una vez al año para realizar podas, comprobando el estado de las plantas además de su eventual remoción o sustitución. De hecho, todas las operaciones de mantenimiento y ecologización se gestionan a nivel de condominio para mantener el control y el equilibrio.

“El riego también está centralizado: las necesidades de las plantas son monitoreadas por una instalación controlada digitalmente y remotamente mientras que el agua necesaria se extrae en gran parte del filtrado de las torres. Todas estas soluciones superan el concepto todavía esencialmente antropocéntrico y técnico de “sostenibilidad”, sostiene el estudio arquitectónico.

Mientras, otra fuente de internet puntualiza que el riego de los árboles se realiza mediante “un sistema de riego por goteo de mantenimiento centralizado. El agua que usa no es potable, sino que es recuperada de las aguas grises producidas por el edificio. Estas, una vez acumuladas en una cisterna fluyen a través de una red de conductos de riego, que presentan una bajísima resistencia a las bajas temperaturas y bloquean automáticamente el régimen hídrico en el caso de que haya menos de cero grados; ​ este control es completado por una serie de sondas a monitorización remota que también pueden identificar eventuales averías”.

Detalles estructurales y certificación

Bosco Verticale se compone de dos torres, como hemos mencionado: Torre De Castillia y la Torre Confalonieri, con una altura de 112 y 80 metros respectivamente. Ambas están unidas por medio de un zócalo con forma de L, y guardan una gran similitud al tener balcones de hormigón armado​ con soleras estructurales de 28 cm de espesor y parapetos de 130 cm de altura, que sobresalen de manera irregular por los cuatro lados de los edificios con un voladizo de 3,25 metros.

Al hacer referencia de la estructura, el libro “Un bosque vertical. Folleto de instrucciones para el prototipo de una ciudad forestal”, dice que esta está revestida con paneles de porcelánico de gran formato en tonalidades grises, con acabado opaco.

En una publicación titulada “El ladrillo escondido. Soluciones tecnológicas en el Bosque Vertical”, de Baratta, Adolfo, de la Universidad de Roma, se aclara que, aunque la edificación está sobre un terreno que presenta condiciones litológicas ideales y una acción limitada de la fuente de agua subterránea, el Bosco Verticale está dotado de un sistema de disipación de la energía capaz de amortiguar eficazmente las vibraciones. La adopción de esta tecnología se hizo necesaria para bloquear la propagación de las eventuales ondas sísmicas, pero, sobre todo, de las vibraciones inducidas por el tránsito ferroviario de las líneas 2 y 5 del metro, que pasan respectivamente al norte y al este de la construcción.

Este innovador proyecto residencial cuenta con la certificación LEED® Oro, que otorga el Consejo de la Construcción Ecológica de Estados Unidos (U.S. Green Building Council), una organización sin fines de lucro que promueve la sostenibilidad en el diseño, construcción y funcionamiento.

USGBC trabaja con la visión para que los edificios y las comunidades regeneren su salud y la vitalidad de toda la vida dentro de una generación. Su misión es transformar la forma en que se diseñan, construyen y operan los edificios y las comunidades, permitiendo un entorno ambiental y socialmente responsable, saludable y próspero que mejore la calidad de vida.

Los creadores

Al principio de este artículo sobre Bosco Verticale, mencionamos que este fue responsabilidad de Stefano Boeri Architetti, integrado por Stefano Boeri, Giovanni La Varra y Gianandrea Barrec, con el objetivo de “incrementar la biodiversidad vegetal y animal a través de la densificación vertical”, según una fuente de Internet.

Con ambos rascacielos han obtenido diferentes reconocimientos, entre ellos el International Highrise Award, una de las premiaciones más importantes en materia de diseño arquitectónico. Además, fue ganador del concurso y reconocido como el rascacielos más bello e innovador del mundo, por el Consejo de Edificios Altos y Hábitat Urbano, premio auspiciado por el Instituto de Tecnología de Illinois de Chicago. Ganó como Mejor Arquitectura del Mundo de 2015.

El arquitecto Stefano Boeri, en su libro “Un bosque vertical. Folleto de instrucciones para el prototipo de una ciudad forestal” (mencionado en párrafos anteriores), detalla que, de casi cien especies vegetales distintas, unas 59 son útiles para los pájaros, 60 son árboles y arbustos y 33 son de hoja perenne.

Esta interesante obra se divide en cuatro partes: “Árboles y humanos”, donde se relata el nacimiento y desarrollo del proyecto; “Historias del Bosque Vertical”, que recoge cuentos de Stefano Boeri ilustrados por Zosia Dzierżawska; el “Diccionario Ilustrado del Bosque Vertical en 100 entradas”, donde se dan los conceptos clave del proyecto y, finalmente, “El Bosque Vertical: Aprendiendo de la I BV”, donde el autor explica la experiencia para permitir reproducir proyectos similares en otras partes del mundo.

Stefano Boeri Architetti se fundó en el año 1993. Desde sus inicios se ha dedicado a la investigación y la práctica, principalmente en arquitectura y urbanismo, pero también en los campos del diseño de interiores y la cultura. Tiene sede en Milán y oficinas en Shanghái y Tirana.

Este enfoque integrado y multidisciplinario ha permitido a Stefano Boeri Architetti adquirir una identidad fuertemente definida y convertirse en un punto de referencia para la arquitectura sostenible, la vivienda social y el desarrollo urbano estratégico a diferentes escalas, tanto en Italia como a nivel internacional.
“La actividad y el enfoque de diseño del estudio, objeto de una publicación internacional (“Green Obsession” Stefano Boeri Architetti, Actar, 2021), toma forma en la integración con diferentes estrategias, modos y escalas, de la naturaleza viva con la arquitectura, reconectando lo natural y las esferas humanas, y reevaluando nuestro papel como seres humanos en el planeta”, mencionan en la web del estudio.

7 Datos interesantes

Las constructoras
Para el año 2009 la obra ya estaba en marcha y contaba con alrededor de unos seis mil colaboradores. La edificación de las dos torres fue responsabilidad de Altoatesina ZH, pero en el año 2013 el desarrollo de la misma fue traspasado a Colombo Costruzioni.

Equilibrio entre elementos
Los expertos, entre ellos Peter Cachola Schmal, quien ha fungido como director del Museo Alemán de Arquitectura, se ha referido a estas torres como una arquitectura responsable que protege y une los espacios, y al mismo tiempo une elementos como la naturaleza, la luz y el aire, teniendo presente las necesidades humanas.

La ciudad del mañana
La Confederación de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático 2015 decidió poner a Bosco Verticale como un ejemplo de desarrollo urbano, incentivando que este modelo de construcción fuera replicado en otras ciudades.

Una idea valiente y radical
Las plantas funcionan como extensión de la fachada exterior del edificio. Los árboles y especies de plantas realizan el papel de interfaz activa con su medio ambiente. Es innegable que Bosco Verticale es un ejemplo único en el uso del verde, sobre todo en altura y en proporción.

Variaciones de color y formas
Más que superficies, las fachadas pueden ser vistas como espacios tridimensionales no solo por la densidad y función de la cortina verde, sino también en términos estético-temporales, debido a los multicolores cambios cíclicos y morfológicos en el tamaño de las plantas, que producen un tremendo hito iridiscente en cada estación y es muy reconocible incluso a distancia.

Nuevo símbolo para Milán
Más que un simple objeto arquitectónico, la presencia del componente vegetal significa que el Bosco Verticale es más parecido a un conjunto de procesos, en parte naturales, en parte gestionados por el hombre, que acompañan la vida y el crecimiento. Desde ya, es considerado como un símbolo de la ciudad.

Nueva diversidad biológica
Pocos años después de su construcción, el conjunto de edificaciones ha colonizado numerosas especies de animales, incluidos unos 1,600 ejemplares de aves y mariposas, constituyendo una avanzada de recolonización espontánea de flora y fauna en la ciudad.

 


Construmedia

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Paul Krause Jersey 
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