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MARGARITA COLLADO

MARGARITA COLLADO

Conversar con Margarita Collado es advertir de inmediato su pasión por lo que hace. Con siete años al frente de Sika Dominicana, ha impreso su sello en esta empresa que cuenta con más de 100 años en el mercado mundial. Su visión de la construcción es integral, pues es ingeniera civil de profesión con amplia experiencia en la administración de proyectos.

Margarita es capitaleña, aunque con raíces santiagueras por parte de sus progenitores. Su padre, José Collado, es ingeniero civil y su madre era teóloga. Esta combinación de los Collado, conocidos por ser arriesgados, espontáneos y aventureros, se enriquece con el temperamento de los Espaillat, que son muy medidos.

Esta mezcla la valora. La define como una balanza. Hoy día entiende que la importancia de ser medido, equilibrado, pero también la necesidad de –en ocasiones– no ser tan circunspectos. Esta apreciación del riesgo y la aventura la ha puesto en práctica en muchas ocasiones en su devenir profesional con resultados que no cambiaría.

 Formación académica 

Margarita es ingeniera civil graduada en el Instituto Tecnológico (INTEC). Luego hizo posgrado en Administración de la Construcción. Tiene estudios diplomados en la Fundación Liderazgo de Chile, y en la Escuela de Negocios de Sika tiene estudios en Alta Gerencia y Administración.

Sus pininos en el sector construcción los hizo al lado de su padre, quien es ingeniero también. Contrario a lo que pensaba, que llegaría a los proyectos como la hija del jefe, su padre la tiró al ruedo sin muchas contemplaciones para que, de alguna manera, viera el trabajo sin muchos privilegios. Esa época la recuerda con una sonrisa. Sus peleas con los maestros constructores, sus desacuerdos en puntos de vista, le hicieron ganarse el respeto a pulso, no solo porque era mujer, sino que debía demostrar que era ingeniera. Era el momento de poner en práctica la teoría aprendida en las aulas y confrontarla con la realidad en una obra de construcción.

“Recuerdo que iba donde mi padre junto al maestro constructor para plantearle un desacuerdo y lo primero que él decía, era que vinieran a él con una solución, no con problemas”, recuerda entre risas. De igual manera vinieron a su memoria los conflictos con maestros constructores que no querían trabajar con ella por su juventud y poca experiencia. Le tocó convencerlos y persuadirlos a que lo intentaran y que aprendieran uno del otro. Lo mismo ocurrió con el personal de menor jerarquía. “Si el hombre habla duro, la mujer tiene que hablar más duro… nos toca doble”, afirma.

Entiende que esta situación ya no es así. “Gracias a Dios, yo he visto que hoy día hemos cambiado un poco, siempre aparece alguna situación, claro, por el mismo machismo y por la misma cultura, yo pienso. Hay más mujeres que están estudiando ingeniería y no solamente Ingeniería Civil, es que tú ves ya mujeres en el área de Ingeniería Mecatrónica, donde antes eran exclusivamente hombres.

Luego de formarse junto a su padre, decide independizarse y formar tienda aparte. Obtuvo varias experiencias en el mundo de la construcción; una de ellas fue con una multinacional que era el Grupo Delta. Allí forjó una experiencia importantísima que enriqueció su experiencia en el mundo de la construcción. Esta empresa tenía dos tipos de cartera. Margarita era la encargada de la premium, manejaba proyectos en varios puntos del país como Cap Cana, Guavaberry y en la avenida Anacaona.

El trabajo incluía diseñar esos proyectos, se involucraba en todo lo que tenía que ver, desde la parte legal, contrataciones, elección de materiales, hasta la entrega ya del proyecto a los clientes. Sin duda, esto le abrió mucho camino en el sector.

“Siempre he tenido una visión global de la construcción. Ver todo el proceso. Pasar de ver el terreno hasta la entrega final al cliente. Siempre he construido como si fuera para mí. Todo tiene que ser funcional, armónico. Por eso es que me gustaba esta cartera premium porque el presupuesto era más holgado para complacer a los clientes”, recuerda.

Toda la experiencia acumulada, aunado a otros no menos importantes trabajos en otras empresas, fueron poco a poco forjando la profesional que necesitaba Sika en la República Dominicana.

 De la empresa

Sika es una marca a nivel mundial que tiene más de 100 años de fundación. Surge por el túnel del Gotardo, en Europa, donde le pidieron al fundador un impermeabilizante que el túnel pudiera trabajarse sin filtrar. Desde entonces, el resto es historia.

“Nos dedicamos a todos los productos que sean de la industria, tanto, por ejemplo, automotriz, marina, fachadas, dispositivos que requieren cierto parapegado, sellado, reparación, modificación, mejora. Todo lo que necesitas en la construcción, nosotros tenemos el producto. Sika es una empresa que vive innovando. El producto de hace 100 años, que fue el Sika 1, que fue el primer producto, todavía existe hoy día; mira si es tan bueno. Pero, obviamente, mejorado durante los años”, nos cuenta emocionada.

Son tantos los productos que ofrece la marca que, su slogan reza del piso a techo. No es para menos, pues desde la zapata hasta el último piso del edificio tienen soluciones. También para el mantenimiento del mismo con impermeabilizantes, selladores, reparadores, entre otros.

“Sika ha ido abriendo fábricas en cada país, estamos en todos los países del continente con excepción de Belice y Guyana. Estamos en más de 100 países en todo el mundo”.

“Desde República Dominicana estamos cubriendo las islas y ahora estamos en Puerto Rico. Sika Dominicana se instaló aquí en el 2004, este año cumple 20 años en el país, de esos tengo solo siete”, nos relata.

Estos siete años han sido de grandes retos. La posición necesitaba a una profesional que pudiera ver el negocio de manera integral y colocar a Sika Dominicana, no como una oficina de Sika Colombia, como era antes, sino como una más, igual que en otros países. Desde el primer día se planteó hacer una reingeniería completa a lo que era la empresa en ese entonces, haciendo ajustes y cambios que entendía necesarios para el logro de las metas establecidas. En ocasiones, cambiando personal y buscando a aquellos que se alinearan a la estrategia y entendieran el rigor y el nivel de exigencia de la marca, aunado a los estándares de una empresa suiza instalada aquí en el Caribe.

No es difícil imaginar el arduo trabajo que tuvo para poder estandarizar el servicio. Como si fuera poco, luego llega la pandemia, una crisis sanitaria sin precedentes para esta generación, y eso significó aún mayores retos para su ejercicio profesional dentro de la empresa. Hoy día dice que están a nivel de lo que realmente Sika hace en todos los países.

 Sector construcción

Los retos en el sector construcción para las mujeres siguen latentes. Incluso dentro de Sika. Reconoce que en todo el continente americano solo hay cuatro mujeres que son gerentes generales. En ese sentido, la empresa ha tenido que hacer un programa, que se llama “Women at Sika”, que es precisamente para atraer a las mujeres, “porque es que estamos en un negocio de hombres”, reconoce.

Agrega que por este hecho ha tenido que pasar muchas vicisitudes, incluso amenazas en obras de construcción por desacuerdos con los empleados; pero mirando atrás reflexiona que eso fue parte del aprendizaje, de aprender a negociar, pero también a desarrollar carácter para hablar con cualquier empleado que no quiere acogerse a los lineamientos establecidos.

A la pregunta de cómo ve el sector de la construcción, su respuesta se traslada al desarrollo del sector teniendo la perspectiva de la sostenibilidad. Un tema que está en boga en el mundo y que es impostergable.

“Veo el futuro del sector construcción como un desafío interesante. Cuando yo inicié mi trabajo en el sector, no teníamos todas las herramientas ni todo ese acceso a la información. La información siempre estaba, el tema es el acceso. Hoy día, existen empresas en el sector que ya están deseosas no solamente de que la construcción se desarrolle, sino que lo haga en el tema de la sustentabilidad, en el tema de cuidar al planeta. Hace 10 años nadie pensaba en el plástico, nadie pensaba en hacer un techo verde, o lo pensaba y te decían loco. Tengo algunas ideas que el jefe mío, que vive en México, me dice: ‘Es que en Dominicana no te lo van a aceptar’. Pienso que si los profesionales que ya tenemos un poco de experiencia comenzamos con educar y desde las universidades se va enseñando, vamos a dejar un futuro mejor. Lo que necesitamos es tener la actitud de mantener ese deseo porque la resistencia está, porque es más económico, eso sigue, pero somos más los que nos interesa cuidar el planeta”.

Está convencida de que no es para nada imposible que la generación que viene vea el cambio, manteniendo el respeto, la integridad y honestidad. “Todos los problemas tienen soluciones, aunque no nos gusten a veces”, reflexiona.

En cuanto a la inflación y la crisis generada no solo por la pandemia, sino por la guerra entre Rusia y Ucrania, además de los otros conflictos bélicos en Medio Oriente, quisimos cuestionarla sobre sus estrategias y cómo el sector ha podido lidiar con estos acontecimientos que, sin duda alguna, afectan a la construcción.

“Es importante destacar que no es solo la inflación normal del país, es a nivel mundial. Nosotros tenemos materia prima de Ucrania, de Rusia, que nos hemos tenido que aislar allá y luego hacer cambios aquí en el continente, porque no puedo contar con esa materia prima. El departamento de Investigación y Desarrollo, que trabajan en la innovación de los productos, han tenido que emplearse a fondo. Por ejemplo, en Ecuador, me acuerdo tenemos un producto que se nos ha encarecido al doble. Ante esta realidad, hay que diseñar estrategias, incluso de logística para poder seguir produciendo. Hubo un momento que la materia prima afectó tanto a las plantas de los selladores de Estados Unidos que es de donde yo traía la mayoría de los Sikaflex, uno de los productos más importantes de nosotros, y lo estoy trayendo de Europa. Eso es fruto de todo lo que ha pasado entre inflación, logística, guerra y las necesidades. Obviamente, no es lo mismo tenerlo en Estados Unidos, que estamos a dos horas aquí, que traerlo de Europa”, asegura.

Aquí entra en operación el equipo de investigación para buscar la forma de que el producto sea multiuso, que ya no tenga que traer dos productos, sino uno y que haga las dos funciones. Pueden utilizar estrategias como cambiar la presentación para que sea más accesible, todo esto con el objetivo de no negociar la calidad que, para ellos, es vital.

 Familia

Casada desde el 2009 con Vladimir Ureña, ha procreado junto a él a Maya Ureña. Fruto de un matrimonio anterior de su esposo, tiene un hijo que vive con ellos, y que ella considera suyo de igual manera. Para su familia trata de cada día dar lo mejor de sí.

Entre risas dice que debe se haber una asignatura en la universidad sobre ser padres, pues entiende que, en temas de crianza, todo se aprende en el camino. Sin embargo, reconoce que su familia es su ancla, son aquellos que la aterrizan, que la inspiran, han sido una escuela en cada etapa.

Agrega que ha habido momentos en los que ha tenido que empeñarse doble también para cumplir con los distintos roles que la vida le ha planteado. “Para que no digan, ‘es que como acaba de dar a luz’”, ‘es que como está criando a un niño’, yo a los tres meses de haber dado a luz a mi hija, yo tenía instalado en mi casa mi laptop, yo lo había pedido para estar al día. Esto significaba que encima del trasnoche natural por la crianza de un recién nacido, y aun así estaba superactiva”.

Por los compromisos propios de sus funciones, siempre le ha tocado viajar bastante fuera del país. Reconoce la labor de su esposo, quien ha podido estar presente y ser un aliado en la crianza de sus hijos. “Normalmente trato que cuando estoy en el país, llevarlos yo al médico o a sus compromisos, para poder estar al día de todo lo que les pasa”, argumenta.

Para sacar una empresa adelante y que pase de ser una institución invisible para el país y para la misma organización, no ha sido tarea fácil. Sobre todo, una franquicia internacional como Sika, que tiene sus lineamientos muy claros por los cuales ella debe regirse. Por tanto, la empresa tiene que funcionar y entiende que su familia por igual, por eso se esfuerza cada día y hoy puede ver frutos de este esfuerzo.

“Se nota cuando estudias por estudiar o porque realmente te apasiona. Mi consejo a todas las mujeres que quieren incursionar en el sector construcción es que, si realmente les gusta, que no lo duden. Su familia le va a apoyar porque transmite esa felicidad de estar haciendo lo que quiere. Si te gusta y te apasiona, le va a gustar a tu familia. Yo aprendo del oficio de mi esposo y él de mí. Los dos mundos, el personal y el laboral, se pueden llevar”, afirma.

 

 

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