De fácil conversación y amplia sonrisa. Su carrera profesional ha sorteado distintos recovecos que hoy le dan licencia para ser una voz autorizada en el sector de la construcción. Su trayectoria es admirable. Los que le conocen de cerca hablan de su pasión por lo que hace, es quizás la clave para que hoy pueda ver frutos de su caminar tanto a nivel laboral como personal.

Julissa Báez es una ejecutiva a carta cabal. Su incursión en el mundo de la construcción se da casi de manera fortuita, pues sus estudios iniciales fueron en Administración Hotelera. Sin embargo, por los cambios inesperados de la vida, se adentra en el mundo corporativo con una oportunidad de trabajo que recibe en el área de las Relaciones Públicas. Una experiencia lleva a la otra. Fue en el año 2007 cuando entra en el mundo del cemento y el resto es historia. Hoy día ostenta la delicada posición de ser la directora ejecutiva de la Asociación Dominicana de Cemento (ADOCEM). Un cargo que ha desempañado con ahínco, esfuerzo, estrategia y tacto, pues ha permanecido un largo tiempo, al punto que pensar en ADOCEM viene su imagen a la mente de cualquier persona ligada al sector.

Oriunda de San José de Ocoa, pueblo del cual emigró a los seis años con toda su familia, la mayoría de sus recuerdos de niña transcurren en entre Santo Domingo y su pueblo natal del cual conserva experiencias maravillosas. Dice que el cambio de ciudad, a pesar de su corta edad, significó algo importante para su vida.

“Tengo muy buenos recuerdos de mi infancia en Ocoa. Aunque vine a la capital muy pequeña, todas las vacaciones del colegio me iba para allá, donde mis abuelos maternos, los tres meses de vacaciones eran allá. Gozaba muchísimo porque de vivir aquí en la capital en un apartamento, a la libertad que te da el pueblo, donde es seguro, todo el mundo te conoce”, dice entre risas.

De sus padres recuerda los valores inculcados. Reconoce que la honestidad y la responsabilidad son tesoros que guarda celosa y que pone en práctica en todos los roles que la vida le ha permitido desempeñarse. Argumenta que los aprendizajes del hogar le han permitido ser ella misma, sin perder su esencia, no importando el escenario o el ambiente en que se desenvuelva.

Su sólida formación le ha llevado por varios estamentos de la vida productiva. “Mi base profesional es Administración Hotelera, en ese momento era la profesión del momento. Se hablaba del desarrollo del turismo. Yo no quería una carrera que me mantuviera sentada en un escritorio. Por mi personalidad, me gusta trabajar con personas, por lo que estudiar Contabilidad, o carreras similares, no era lo mío. Me gradué con honores y trabajé en el área por espacio de dos años”. Sin embargo, su sed de seguir otros propósitos le llevó al periódico Listín Diario. Dice que allí se enamoró del área de Relaciones Públicas. Como venía de la hotelería, el departamento de Relaciones Públicas del periódico estaba buscando una persona que apoye el área para

Luego entra a Shell Company a una posición llamada “Asuntos Corporativos”. Aquí encuentra la oportunidad de continuar su formación, a través de muchas capacitaciones en temas de crisis, de marca, en todo lo relacionado a la comunicación corporativa y estratégica. Todos estos conocimientos los aprovechó al máximo. “Aquí fue que dije, esto es lo mío”, dice convencida. En esta época decide matricularse en el postgrado en Relaciones Públicas, ofrecido por la Universidad Católica Santo Domingo. Luego llega a la industria del cemento en el año 2007; venía de una experiencia laboral de varios años en la industria extractiva y de combustibles, y esta experiencia previa hizo muy fácil su incursión en el sector cementero al ser contratada por una de las empresas productoras y ya luego, por cosas del destino, fue considerada para dirigir ADOCEM.

ADOCEM es la organización que representa al sector productor de cemento de la República Dominicana. Su fundación se remonta al 18 de diciembre 1981 cuando fue creada la Asociación Dominicana de Productores de Cemento Portland, con el objetivo de fomentar el desarrollo de la industria del cemento, a través de la investigación, la capacitación y la utilización de sus productos. A la vez, destacar la relevancia de esta área productiva en los campos económico, social y ambiental del país, velando por los intereses del sector y posicionándose en un renglón de notoriedad en el contexto de la construcción a nivel nacional.

Tienen la visión de contribuir al desarrollo sostenido del sector construcción, impulsando y representando los intereses de la industria del cemento. Precisamente, para dar cumplimiento a esta visión, Báez tiene múltiples tareas que cumplir. No es extraño verla en periódicos o en programas matutinos de radio o televisión conversando sobre temas ligados al sector de la construcción. Por supuesto, su voz es autorizada por su experiencia y desempeño al frente de esta importante asociación. “La industria del cemento es bastante interesante. Es muy diversa, es un mundo. Uno ve una funda de cemento como algo tan simple como un polvo gris que le pones agua y se endurece, sin tener en cuenta todo lo que se puede construir con este producto. Tendemos a no darle la importancia que tiene”, argumenta.

Sus funciones son amplias y diversas. Se enfocan mayormente en identificar áreas de interés común para la sostenibilidad de la industria del cemento y el desarrollo de la construcción a través de dos vías principales que ha identificado. Una es el fomento de la comunicación, mediante la difusión de las mejores prácticas, proporcionando una plataforma para discutir los retos comunes y lecciones aprendidas. La otra vía tiene que ver, según explica, con la promoción del desarrollo de habilidades y capacidades del sector.

Esta dupla ha dado resultados: ADOCEM está posicionada como una entidad de relevancia nacional. No está en duda que esta asociación representa uno de los sectores de mayor importancia, tanto por su incidencia económica como social para el país. Sin embargo, a la hora de hablar de logros, reconoce que todo lo obtenido en la institución que dirige no es más que el fruto de un gran equipo y del Consejo Directivo que ha apoyado siempre su trabajo, ha confiado en su criterio y su olfato administrativo y ejecutivo para tomar las decisiones correctas en el momento oportuno. Entiende que este Consejo, de igual manera, ha sabido entender el valor agregado que ADOCEM provee al sector.

Y es que para nadie es un secreto la importancia del cemento no sólo para el país, sino para todo el mundo. Este producto es indispensable para el desarrollo de obras de cualquier tipo. Su importancia es tal, que su precio y disponibilidad es un tema de conversación en todos los ámbitos de la vida nacional. La institución que dirige es el centro de información del desempeño general de la industria en la República Dominicana. Manejan estadísticas económicas que miden los volúmenes de producción, ventas y exportaciones. Pero no solo se limitan a esto, de igual manera trabajan para informar sobre planes, acciones y mediciones del impacto ambiental del sector.

“Actualmente, el país cuenta con seis empresas productoras de cemento, con una capacidad instalada de aproximadamente ocho millones de toneladas, lo cual indica que tenemos la capacidad de suplir el crecimiento del mercado dominicanos por los próximos 15 a 25 años”, relata para responder a las preguntas sobre cómo andan las estadísticas de este sector.

“Actualmente, el país cuenta con seis empresas productoras de cemento, con una capacidad instalada de aproximadamente ocho millones de toneladas, lo cual indica que tenemos la capacidad de suplir el crecimiento del mercado dominicanos por los próximos 15 a 25 años”, relata para responder a las preguntas sobre cómo andan las estadísticas de este sector.

No se arrepiente de haber asumido este gran reto. En sus pensamientos entendía que podía darse la oportunidad de estar al frente de la asociación por un año o dos, y la realidad es que ya tiene 13 años dirigiendo esta entidad de la que guarda aprendizajes todos los días. Entiende que aquí encontró dónde desarrollar todo lo que previamente había estudiado.

Como nada es eterno en la vida, está consciente que un día no estará en su posición. En ese sentido, quiere dejar una entidad cada vez más fortalecida, una industria con altos estándares de operación y con un reconocimiento nacional de su importancia económica, social y ambiental.

Retos del sector durante la pandemia

Una pregunta obligada en nuestra conversación tiene que ver con el impacto de la pandemia de la COVID-19 al sector construcción, así como los retos que tuvieron que sortear ante la crisis.

“El freno casi total en la economía por el coronavirus, el aislamiento preventivo obligatorio decretado por el Gobierno en el 2020 y todo lo que aconteció en este tema, nos llevó a afrontar momentos de gran incertidumbre y a realizar grandes esfuerzos para salvaguardar el empleo, la productividad y la generación de divisas tan necesarias para el buen desenvolvimiento de la economía. Todos los participantes de la cadena de la construcción unimos esfuerzos en desarrollar los protocolos de seguridad necesarios para lograr que la construcción siguiera trabajando y generando los recursos que necesitaba el país para su pronta reactivación económica. Para la industria del cemento en particular, esta crisis que vivimos nos retó aún más a mantener nuestra pasión por la innovación constante y a lograr una mayor eficiencia como industria local”, recuerda.
Sin embargo, entiende que hoy en día se puede decir que el sector ha salido adelante, dice que, como asociación, contribuyeron grandemente con la construcción, lo cual, a su juicio, ha sido el sector que movilizó la recuperación económica del país.

 

Mujeres en el sector construcción

A pesar de ser un sector que en años anteriores ha sido liderado por hombres, esta realidad está cambiando. Julissa reconoce que, en sus inicios, eran muy pocas las mujeres que se podían ver en los pasillos de oficinas, o trabajando en planta y puestos operativos de fábricas cementeras. Era muy raro, casi nula la posibilidad de ver mujeres manejando un camión, ser responsables de áreas críticas como laboratorio de investigación, coordinadora de despacho o estar en puestos de decisiones. La industria cementera no escapa a esta realidad, Báez reconoce que la mayor fuerza laboral ha estado dominada mayoritariamente por hombres, pero, con el paso de los años, esa realidad es distinta. “Cada vez hay más mujeres trabajando en las oficinas corporativas, en plantas productoras de cemento, concreto y agregados”, agrega.

Las mujeres, en sentido general, han tenido que demostrar que sí puede abrirse un espacio en el sector. Ella lo ha vivido en carne propia. A la pregunta de cuáles retos ha tenido que enfrentar para posicionarse en el sector construcción, no dudo en responder: “El mayor reto ha sido buscar la mejor manera de insertarme en un mundo eminentemente masculino, ganarme la confianza de mis superiores y demostrar con mi trabajo, responsabilidad y esfuerzo que mi género no es una limitante de mi desempeño”. Sin lugar a dudas, una respuesta contundente que se manifiesta con hechos, demostrando día a día y de sol a sol que las mujeres pueden destacarse en los ámbitos profesionales que se propongan.

Durante nuestra conversación, surgió la pregunta de si tenía en sus recuerdos alguna anécdota, alguna experiencia que pudiera compartir con ustedes, nuestros lectores, no dudó en responder que la anécdota obligatoria es la siguiente: “Vengo de trabajar en sectores eminentemente masculinos. Trabajé muchos años en el sector de hidrocarburos, de combustibles, duré catorce años trabajando para Shell Company, una compañía inglesa, donde la mayoría eran hombres. Luego paso al sector minero, en Barrick Gold, y luego al cementero. Una de las experiencias que puedo contar es que en una oportunidad me llamaron a una reunión donde yo era la única mujer, cuando entro al salón, veo a mis compañeros de trabajo, algunos de igual jerarquía y otros de mayor jerarquía que yo, y me dicen: ‘Ven para que te integres a la reunión y nos bailes´. Se rieron y luego entendí que era un chiste, pero de muy mal gusto. No me reí, pude, más bien, salir de la situación incómoda, abrí los ojos y dije aquí hay que hacer una lucha mayor. Entiendo que el respeto se gana con el trabajo, independientemente del género. Eso me ha marcado y he hecho esa anécdota siempre”.

 

ACOPROVI

Actualmente, Báez ostenta el cargo de Adherente en la Junta Directiva de la Asociación de Constructores y Promotores de Viviendas (ACOPROVI). Sin embargo, esta asociación no es nueva para ella pues ha sido parte de la Junta Directiva en diferentes períodos. Según nos cuenta, cada vez que ha tenido la oportunidad de ser parte de esta distinguida institución, tiene el objetivo de lograr establecer sinergias y oportunidades de trabajo entre los principales aliados que son los constructores y la industria, no solo del cemento, sino de la cadena de producción de materiales de construcción, para seguir fortaleciendo el sector y aportando crecimiento y desarrollo del país.

 

Su familia

El rol materno es otro reto que ha asumido con entereza. Tiene cuatro hijos. Su hija Camila, de su primer matrimonio, y tres de su segundo esposo, que, aunque no son biológicos, si son de corazón, debido al respeto, amor y vínculo creados con ellos a lo largo de 15 años que tiene de relación con su padre. Para ella no hay distinción. En un trabajo conjunto a su esposo, tomaron la decisión de unir sus vidas y con esto, unir a sus hijos para que sean parte de su relación; era un tema innegociable.

“Hemos logrado una compenetración buenísima, ya tengo un nieto y una nieta viene en camino; ellos son mis hijos. Creo que si existe el amor, ayuda muchísimo, allí se sustentó todo, sobre todo en el deseo de mi esposo y el mío de formar una familia juntos. Sin embargo, el ingrediente principal ha sido tenerlo como objetivo entre nosotros dos. Es un vínculo que se va desarrollando con los años, no es algo que se logra de la noche a la mañana. Es un asunto de proponérselo”, dice convencida.

Entiende que el ejemplo de sus padres y los valores aprendidos en casa le fueron de ayuda para poder crear un ambiente de bienestar en esta nueva familia que decidió formar. Reconoce que la entrega, fuera de lo que es disciplina y todo lo que implica forma un hogar, fue una clave para el éxito. Acompañar, amar y todo lo que uno haría por los hijos de sangre estuvieron presentes en su casa, a esto atribuye el éxito en la armonía familiar.

Ya no tiene niños, pues el más joven, Luis Andrés, tiene 21 años, son todos adultos, viven una nueva etapa del ciclo vital.

Para divertirse y salir un poco del estrés normal de sus funciones, nos cuenta que ha pasado por varias etapas. Le gustaba montar bicicleta, pero luego de la pandemia, hubo un cambio mental y espiritual en su vida, donde advirtió que quería actividades más relajadas y tranquilas. “En esta etapa me gusta la playa, estar más tranquila, disfrutar de un buen ambiente familiar y con amigos, así me estoy divirtiendo y me gusta” (risas).

Más de Julissa Báez

Una Frase de batalla… Dios siempre tiene el control. • Un regalo que nunca olvida: Mi vida. Hace mucho aprendí que estar viva es un regalo que recibo de Dios cada nuevo día. • Mis hijos son… Mi razón de vida. • Me compran con… Una sonrisa y un gesto amable. • Mi profesión es… El reflejo de mis capacidades. • Mi país es… Mi hogar. • Me alegra… Escuchar música. • No puedo vivir sin… Mis ejercicios. • El día más feliz de mi vida… Cuando nacieron mis hijos. • Una verdad absoluta… Mi Dios.

 

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