GELSOMINA HOLGUÍN-VERAS
Gelsomina tiene muy claros sus objetivos. La pasión por el trabajo y hacer las cosas bien desde el principio, las ha heredado de su madre, a quien tiene la dicha de tener a su lado en esta tarea. Ella se ha constituido en el relevo de un legado con la tienda Carabela, que tiene más de 50 años ofreciendo servicios de calidad a sus fieles y asiduos clientes, con marcas de clase mundial que respaldan el sello de calidad que enarbolan.
La mezcla de etnias y culturas en la ascendencia de Gelsomina es muy interesante. Su madre, Mariella Acerboni, es italiana y su padre, Héctor Miguel Holguín-Veras, era de la capital dominicana. De sus progenitores aprendió valores que hoy rigen su vida tanto en lo personal como en lo laboral.
Nos comenta que su madre nació en la guerra, a eso atribuye que quienes vivieron esa época y el tiempo posterior, tienen una forma muy diferente de ver y valorar las cosas. A ello atribuye el sentido de la responsabilidad, el respeto, pero sobre todo la enseñanza de cómo invertir el dinero, la importancia de la austeridad y el ahorro. Recuerda cómo desde pequeña veía que en su hogar nunca se desperdició comida y esto mismo trata ahora de inculcarle a sus hijos, porque ella vivió en carne propia lo que es adaptarse a lo que hay. Dice que también le ha enseñado a ser conservadora y que, de hecho, sostener esta entrevista, implicaba para ella un esfuerzo, pues siempre ha aprendido a estar detrás, tras bastidores, sin embargo, comprende la importancia de exponerse cuando es necesario.
De su padre tiene frescos recuerdos, aunque falleció hace 25 años. Sus enseñanzas están latentes y tienen que ver con el respeto, pero sobre todo de “no hacer lo que no te gusta que te hagan. Y otra cosa que me decía mi papá siempre, el hombre es esclavo de lo que dice y dueño de lo que calla. Esas son frases muy importantes, yo trato de que mi vida se base en eso. A veces uno se le va la cabeza, pero la verdad es que esas enseñanzas me han marcado y por ellas me rijo cada día”, comenta.
Formación académeica
Gelsomina se graduó del Colegio Secundario Lux Mundi, luego estudió Diseño de Interiores en la Universidad Iberoamericana (UNIBE), después duró tres años en Milán haciendo varias maestrías, una en diseño en general, otra en Diseño de Iluminación, y otra en Diseño de Espacios Pequeños. La primera maestría y, a su entender, la principal, fue en el Domus Academy, que es una universidad importante para el diseño, y luego en el Instituto Europeo de Diseño en Iluminación y Diseño para Espacios Pequeños.
Regresó al país para volcar toda esta experiencia en el negocio familiar, creado por su madre y su socio hace más de cinco décadas.
Carabela es una empresa ampliamente conocida en el sector. Desde su fundación en el año 1973, se ha constituido en referente, pionera en la importación de cerámicas, mármoles, baños y cocinas. Así también materiales de terminación de todas las categorías.
Se han distinguido por representar las mejores marcas internacionales de revestimientos, tanto para el piso como la pared, aparatos sanitarios y accesorios para baños, brindando siempre materiales de primera calidad y de vanguardia.
Contrario a lo que cualquiera hubiese pensado, que, siendo hija de la propietaria del negocio, tomase de inmediato una gerencia o una alta posición. Sin embargo, su primer empleo se ubicó en el almacén, y poco a poco fue conociendo los recovecos y lo que implica mantener a flote un negocio como este. Despacio, fue ocupándose de las tiendas, del interiorismo de las mismas, luego fue la encargada de Mercadeo hasta que el departamento se ha hecho más grande y se vio en la necesidad de contratar más personal para dar abasto. Hoy día se dedica a las ventas de grandes proyectos y cuenta para esta ardua labor con un equipo que define como maravilloso.
El negocio ha crecido a lo largo de los años. Además de su sede principal en la avenida Lope de Vega, en el sector Las Caobas mantienen su almacén principal. También tienen sucursal en La Romana, Punta Cana y Santiago de los Caballeros. Para tener el control de todas estas tiendas, cuenta con gerentes en cada una que les reportan. Cada una de estas tiendas tiene su fuerte, ya sea en proyectos hoteleros o en centros comerciales, como el Santiago Center, donde están colaborando con sus servicios para la pronta apertura de este nuevo espacio comercial en la Ciudad Corazón.
Aquí, en Santo Domingo, están colaborando con varias constructoras con su marca estrella que es Porcelanosa, una marca muy reconocida mundialmente; sin lugar a dudas, está entre las marcas más famosas por su calidad y prestigio. A ella han apostado y hoy en día es su marca principal y más importante. A esta le sigue Mirage, que es italiana y luego Ape, que es española.
Con esas marcas ofrecen todo lo que está en tendencia. Ahora mismo nos cuenta que lo que prima son los grandes formatos. Comienza con tamaños desde 120×120 para pavimento y ahora pueden llegar a 120×70 o tres metros para paredes de diferentes espesores.
Sector construcción
En el sector de la construcción no ha sentido ninguna discriminación, entiende que ha sido todo lo contrario. Siempre se ha sentido respetada y acogida. Con más de 20 años de ejercicio ininterrumpido, le cuestionamos acerca de cómo aprecia el sector, haciendo una retrospectiva del pasado, el presente y cómo vislumbra el futuro, y esto nos contestó:
“Yo creo que ha evolucionado mucho porque creo que las constructoras y las desarrolladoras están invirtiendo más y mejor en sus proyectos. O sea, obviamente hay el sector económico, pero cuando hablamos del sector ya alto, de la gama alta, pues la gente está invirtiendo más, colocando productos de mejor calidad. O sea, sí se preocupa mucho por lo que están colocando y el producto final que están entregando a sus clientes.
Además, el sector hotelero también está trabajando muy bien, poniendo productos de calidad. O sea, tratan de que sus habitaciones sean espectaculares siempre, poniendo productos con innovación en los acabados, con productos de, por ejemplo, las griferías. Que vayan obviamente a durar en el tiempo. Utilizando colores para que duren el tiempo, pero también dándole emociones al cliente final. O sea, unas sensaciones, al tacto, de los colores, que no es colocar un grifo porque hay que colocarlo, sino que juegue un poquito. Que funcione, que la ducha caiga suavecita, que parezca lluvia, que no sea una ducha que te golpee o si tú quieres algo que sea más fuerte. Ahora hay muchísimas duchas que tienen hasta cuatro o cinco funciones que tú vas cambiando, niveles de presión para crear una experiencia.
“Con la pandemia, Carabela, gracias a Dios, se mantuvo bien y a flote porque no dejamos nunca de importar. No importó el flete que fuera, siempre teníamos material disponible para nuestros clientes porque muchos clientes se quedaron a medio hacer sus proyectos, vamos a decir. Entonces, tenían que terminar sí o sí para entregar porque iba a ser más pérdida de dinero. Entonces, gracias a Dios, justo antes de que cerrara el país, nosotros hicimos una importación grandísima.
Antes de que cerrara España, importamos mucho material. Entonces, cuando cerraron aquí, nos pusimos muy nerviosos, pero gracias a Dios, funcionó. Tuvimos material cuando casi nadie tenía para poder responder a nuestros clientes, darles siempre el servicio que, para nosotros, es lo más importante. Para Carabela, lo más importante es el servicio al cliente”, comenta.
Este servicio, sin duda alguna, ha sido una de las claves para mantenerse en el mercado durante más de medio siglo. Tienen una relación lo suficientemente madura con sus clientes que les permite saber el grado de satisfacción de estos con el servicio brindado.
Otra clave que atribuye al éxito de Carabela, es el gran equipo humano que conforma la empresa. Nos comenta que hay empleados que tienen 40 años ininterrumpidos, lo que quiere decir que el personal se siente bien trabajando en la empresa. Ella lo define como una gran familia. Recuerda que cuando llegó a trabajar, cuando regresó al país, luego de sus estudios, se encontró con personas que hoy continúan.
Agradece a su madre que la formó en el negocio desde cero y hoy día puede conocer las distintas áreas y manejar la empresa con conocimiento de causa. Esto mismo trata de transmitir cada día a los colaboradores que le acompañan. Para ello, hace mucho énfasis en la importancia de conocer el producto, las características, la ficha técnica. Ellos trabajan con clientes que tienen conocimiento ya de lo que quieren, por lo tanto, no se pueden dar el lujo de no saber lo que se ofrece. Para esto, se dedica mucho tiempo a la formación constante del personal.
Su familia
Gelsomina casó con Alberto García y juntos han procreado tres hijos. Una niña de 10 años llamada Carlota. Un niño de ocho que se llama Lorenzo y una bebé de dos años que se llama Giuliana. En su oficina, tiene pegado a un mural, algunos dibujos de sus hijos.
Equilibrar el éxito empresarial con la formación de la familia no es tarea fácil. En su caso, está consciente de la responsabilidad que conlleva darle seguimiento a la casa, a las demandas de los hijos y el colegio, con todo lo que esto implica. Sin embargo, dice rotundamente que se puede. Dice que aprendió de su madre que lo importante no es la cantidad, sino la calidad de tiempo que le dedica a sus hijos.
“Por ejemplo, algo muy importante. Yo puedo faltar un viernes, me quedo corrido y falto un viernes en la tarde porque ellos tienen torneo. Para ellos es sumamente importante que yo esté presente en el torneo. Entonces yo hago todo lo que tengo que hacer, me quedo corrido, almuerzo aquí y luego les dedico el tiempo que necesitan. O sea, calidad de tiempo. Hacer lo mejor que pueda. Eso es importante. Con mi familia, con mi trabajo. Dando lo mejor siempre. O sea, no mediocridad, nunca mediocridad, pero siempre dando lo mejor”.
Se puede lograr mantener la familia equilibrada, el trabajo equilibrado y que todo funcione. Claro, hay que estar muy organizados, hay que tener ayuda, porque gracias a Dios en este país tenemos ayuda, o sea, yo me apoyo en un chofer y en unas nanas y unas abuelas que van, vienen, llevan, miden vestido de primera comunión, o sea, hacen la compra. Si no, fuera imposible. Eso es un plus que tiene Latinoamérica, porque tenemos todas esas ayudas. Que en otras latitudes no tienen. Por ejemplo, en Europa, una madre con hijos tiene que trabajar medio tiempo porque no hay forma… no hay forma.
Gelsomina también nos cuenta que profesa la fe católica y que cada día trata de inculcarle el valor de la fe a sus hijos. En su oración personal diaria pide a Dios que guíe cada pensamiento, en cada situación y en cada movimiento. “Todas las mañanas y todas las noches yo oro con mis hijos con esa frase. Que por favor sea Él quien nos guíe y nos dirija en todo lo que hacemos. Y eso es tan importante. Sobre todo, en estos tiempos”, puntualiza.