ARLINA VÁSQUEZ
Alucinante imaginar que ella fue la persona que me explicó por teléfono cómo participar en la promo “Encuentra a Los Zumbis”. Hoy, en otro nivel, y literalmente a más de veinte pisos de altura, Arlina nos hace un recuento de su camino laboral que inicia con un trabajo part time, hasta convertirse en una persona clave dentro de la multinacional. Sin olvidar uno de sus mayores hitos: primera mujer Country Manager en toda la historia de Cemex.
“Te vas, pero si vas a hacer una más del montón, no te vayas, quédate aquí”, fueron las palabras de su madre. Eran las seis de la mañana, estaban una al lado de la otra, paradas en una esquina, esperando el autobús. Era su primer día de clases en la Universidad APEC, donde posteriormente Arlina obtendría el título de licenciatura en Mercadeo.
Aquel fragmento de su vida lo guardaría para siempre en su memoria, como si ese mismo día hubiese tomado, no un transporte hacia la ciudad, sino más bien uno que la llevaría a lograr grandes cosas hasta convertirla en una mujer segura, diferente y exitosa.
“Yo no quería estudiar nada de lo que había en San Pedro, así que vine a la capital a estudiar una carrera que, en esa época, estaba prácticamente empezando. Me dije, ah, eso suena bonito, voy a estudiar Mercadeo”.
Entretanto, su historia comenzó a tomar otro curso, puesto que un día en la universidad, la directora de la Escuela de Mercadeo se le acercó y le preguntó si quería trabajar. Así fue como inició en el proyecto Z (Los Zumbis). “Yo estaba en la universidad por la mañana y me contrataron para trabajar en la tarde. El departamento de Recursos Humanos del Listín Diario llamó a la Escuela de Mercadeo porque requerían cuatro buenos estudiantes”.
Su trabajo consistía en explicar a las personas cómo era la dinámica del juego y dónde estaban las urnas para depositar el periódico. Salía de la universidad entre la una y dos de la tarde, y entraba a trabajar de dos a seis. “A esa hora yo me iba en guagua de nuevo para San Pedro. Duré un año y medio viajando a diario”.
Ya trabajando en la oficina, y teniendo muy presente aquellas palabras de su madre, “si había que llenar un reporte, la que llenaba el reporte más detallado era yo”. El trabajo era temporal y terminó antes de lo previsto; pero como era de esperarse, Arlina no se quedó con los brazos cruzados.
“Le externé a la que era mi jefa, Mirella Borrel, que quería seguir trabajando, pero no había empleos de medio tiempo, de modo que ella me dijo que regresara cuando estudiara de noche. Así lo hice”. En poco tiempo Arlina ya estaba trabajando en Los Clasificados de Última Hora. De 8:00 a. m. a 5:00 p. m., y a las 6:00 p. m. se iba para la universidad. En ese momento, los viajes a San Pedro de Macorís ya no eran cosa del día a día, pues vivía en casa de una tía, aquí en la capital.
En menos de seis meses comenzó su ascenso a otros departamentos y productos del grupo como al de Ventas de Publicidad. Las oportunidades no cesaron, como cuando le pidieron ser supervisora de Ventas. “Ni siquiera había terminado la universidad, ni tenía carro. La encargada me dijo: “Si yo te digo que te vamos a hacer supervisora de Ventas, ¿tú no tienes oportunidad de comprar un carro?”. Era prácticamente obligatorio. Así fue como llamó a uno de sus hermanos, que vivía en San Pedro de Macorís, y le explicó la situación. Eso fue un miércoles y el sábado de esa misma semana ya tenía carro, con el compromiso de pagarlo, claro.
Escalando llegó a dirigir el mismo departamento en el que entró a trabajar. “Los procesos son mi fuerte, mi habilidad, es lo mío”. Pasaron los años, y entre esos había ido de paseo a España, y se propuso estudiar allí. Ganó una beca para el Instituto de Estudios Superiores (IES), Universidad San Pablo-CEU Madrid, España (2002-2003), donde realizó un MBA en Liderazgo Estratégico (Anterior, en 1998, hizo un máster en Mercadeo en la Pontificia Universidad Madre y Maestra).
Un año después, y tras haber laborado en algunos proyectos por cortos períodos de tiempo, entra a formar parte de Cemex Dominicana. “Mi primera oferta me la habían hecho aquí para el equipo comercial y yo no quería volver a esa área, sin embargo, uno de los directores (que había sido mi jefe) me pidió que creara el Centro de Servicio para la Atención a los Clientes”. Al tiempo que realizaba esta labor, también impartía cátedra en APEC, donde hizo grandes transformaciones al pensum, entre ellos el cambio de la asignatura de Telemarketing a Marketing.
Tras crear el centro de servicios, que luego se pasó a Colombia, donde Cemex tiene su centro regional; pasa entonces a Cadena de Suministros, iniciando en planta. “En aquella época tú no veías a ninguna mujer caminando por ahí, excepto las de limpieza, y algunas de Recursos Humanos y Servicios Generales”, recuerda Arlina, agregando, además, que era un área totalmente desconocida para ella, pero eso no la detuvo y siguió asumiendo retos dentro y fuera de país.
Gracias a su estancia en Perú como directora comercial, Arlina se renueva, “era un mercado diferente, y tuve que adaptarme a una cultura diferente, al clima… fue toda una experiencia”.
Luego de laborar por más de un año en Perú, fue nombrada Country Manager Cemex Haití, como responsable de todas las operaciones, y posteriormente ocupa la posición de directora de cadena de suministro de CEMEX para República Dominicana y Puerto Rico. Hablemos ahora de su actual posición en la multinacional.
Su labor como directora
Vásquez, como ya hemos dicho, es la directora de Cadena de Suministro de CEMEX para República Dominicana y Puerto Rico. Esta dirección de logística gira, por así decirlo en dos vertientes: “por un lado, de cara al cliente, implica todo el proceso involucrado en el despacho y entrega del producto”, explica Arlina haciendo énfasis que es a nivel nacional e incluye las exportaciones del cemento en todas sus modalidades, tanto en sacado como en granel y de concreto (que es lo que la gente conoce como hormigón).
“De cara interna, nosotros manejamos todo lo que es el suministro de los materiales, de todo lo que es materia prima para la producción del cemento y del concreto. ¿Qué hacemos? Coordinamos todo lo que son productos como arena, yeso, y otros tipos de materiales que se utilizan, que normalmente son de una fuente de una mina, de arena, de yeso, o cualquier otro material como arcilla… todo tipo de materiales que se usan en la planta”.
La dirección a su cargo, también maneja la importación de combustibles que utilizan para el proceso de producción, la importación de cualquier fuente para usar en la planta de Dominicana y la exportación de esos mismos materiales para Puerto Rico. “Manejamos todo lo de exportación, ya sea despachado directamente desde la planta o desde los muelles. Por eso no es solamente el transporte, porque aquí implica un proceso de planificación de cuáles van a ser los consumos, cuál es la capacidad de almacenamiento para cada producto, cuál es el tiempo óptimo para mantener un inventario óptimo, porque no es tener mucho por tener”.
Vásquez detalla, además, que, junto con el área de Operaciones y el de Materia Prima, identifican cuál es el consumo, cuál es el ritmo de consumo de determinado material, cuáles son las capacidades de almacenamiento, “incluso cuál es la estrategia que tenemos que utilizar para cada material. Por ejemplo, puedes tener unas minas que están ubicadas en lugares donde llueve mucho. Entonces, cuando sabemos que viene una temporada de lluvia, tenemos que planificar tener suficiente suministro de ese material”.
En el caso de los clientes, hay que destacar que la dirección que preside, maneja con ellos sus necesidades, “capacidad de almacenamiento en el caso de los clientes a los que nosotros entregamos, y en el caso de los que van a la planta a recoger el producto, coordinar con ellos los horarios, programar citas para que ellos puedan ir, ser eficientes en el proceso de recogida y disponibilidad del producto que el cliente va a recoger para que no tenga que perder tiempo esperando, y garantizar, ante todo, toda esa cantidad de movimiento que se hace, tanto hacia clientes como hacia materia prima de las plantas”.
La seguridad en todos los procesos es lo más importante en Cemex. “Toda tarea, ruta, recorrido, y toda acción que nosotros implementamos tiene que estar previamente elaborado, tener un análisis de riesgo, donde está claramente definido cómo debe hacerse cada tarea; también, las rutas que transitamos están previamente evaluadas por un conductor maestro, un especialista. Cada ruta, cada ferretería que hay aquí, ha sido evaluada previamente por un conductor para saber cuál es la adecuada, y determinar qué tipo de equipo debe ir ahí”.
Trabajan también de la mano con el equipo comercial, ya que “este debe darnos una proyección adecuada de las ventas, para nosotros poder garantizar la producción, en qué modalidad. Nos encargamos, además, de todo lo que es negociar con los transportistas y los sindicatos que trabajan; tenemos que dar seguimiento a todo lo que es disponibilidad de muelle, tener el material, el producto listo al momento de llegada de los barcos, manejar la programación de los mismos con los clientes, cumplir con que esas operaciones sean eficientes… Por eso se dice que es cadena de suministro, porque es la cadena de eventos y procesos que se encadenan para suministrar un producto terminado, o materia prima. No solamente es empaco, llevo, entrego”.
Hija, hermana, tia
Las clases de inglés y de guitarra, o practicar deportes como voleibol y tenis era lo usual en su tiempo libre, pues para sus padres, sobre todo para su madre, la ociosidad no existía en su agenda. “Yo siempre estaba en una actividad. A mi mamá no le gustaba ver a la gente sentada”, recuerda Arlina de esos días en que, aunque con su agenda llena, sacaba tiempo para jugar frente a la casa.
Tanto su madre, Dalidia Rondón, como su padre, Justo Vásquez, eran personas muy conocidas y respetadas en San Pedro de Macorís. Su madre trabajaba en educación, y siempre estuvo ligada a los patronatos, a la iglesia, siempre con la disposición de ayudar a los demás. Y su padre trabajó como director de Presupuesto en ingenios.
“Mi madre era una persona extraordinaria. Con mucha fe en Dios”, recuerda Arlina, quien también hace mención de su padre, quien lo cataloga como tímido, y al mismo tiempo una persona sumamente estricta. “Se reía poco, y era muy hábil con los números”.
Rememora que su educación estuvo siempre inspirada en la superación, y aunque pudo haber sido una niña muy consentida al ser la menor de seis hermanos, no lo fue. “Recuerdo que me llamaban para montar bicicleta, pero también para armarla”. Crecí sin conflicto en mi casa, con mis hermanos, en un ambiente de igualdad y respeto para todos. Mis hermanos siempre me vieron capaz”, cuenta la petromacorisana que ha sabido aprovechar las oportunidades y ha estado preparada para ellas. Una mujer que usa botas sin olvidar el pintalabios.
Su actitud ante las cosas la han hecho crecer, evolucionar y convertirse en un ejemplo a seguir; En este punto me atrevería a decir que es la tía favorita de cada uno de sus once sobrinos, de hecho, ella está muy comprometida en ser un referente positivo para ellos: “Quiero que mis sobrinos heredan esos valores cristianos y familiares que me enseñaron mis padres, quiero que todo lo que tengan sea producto de su esfuerzo, y que nada de lo que tengan o logren sea causando un dolor o un daño a nadie”.
Visión del sector construcción
Veinte años en el sector construcción la validan, sin duda, para hablar del mismo. Ella ha visto el notable desarrollo del país, gracias a este pujante sector de República Dominicana. Ha estado en sus altas, y también en sus bajas, como cuando se detuvo la exportación de cemento a Haití (ya reanudadas) por COVID-19, y tras la muerte del entonces presidente de dicho país. También ha sido testigo de la construcción de grandes obras como el hotel Hard Rock, el centro comercial BlueMall y de las primeras líneas del metro de Santo Domingo.
En cuanto al sector, y la presencia de las mujeres, entiende que la tendencia va en aumento. De hecho, en su área hay féminas que ocupan puestos que en el pasado eran solo desempeñados por hombres.
Sobre las medidas que se pueden tomar para que esto siga en aumento, puntualiza que hay que tener un reclutamiento que sea neutral, basado en competencias, independientemente del género. Y eso viene desde la misma estrategia de la empresa.
“Otra medida sería tener condiciones que garanticen que la persona pueda desempeñar su rol dignamente. Hace unos años en la planta no había baño de mujeres porque eran hombres los que trabajaban allí. Entonces, tú tienes que crear la condición digna para que, si tienes una mujer trabajando en el área, tenga acceso a un baño, que pueda tener el uniforme de mujer. Eso es parte de hacerte sentir que tú eres, que tienes igualdad de acceso a los recursos. Obviamente ya todo eso ha ido cambiando, hasta contar con sala de lactancia, entre otras cosas”.
Entiende que los principales obstáculos que, como mujer, se encuentran en el sector construcción es un tema de condiciones. “Por ejemplo, en mi caso, a veces quiero ir a la planta a las tres de la mañana, pero, como mujer, probablemente te sientes más vulnerable al tomar un camino a esa hora. O hacer un ruteo de aquí a Pedernales en un camión. Es cierto que algunas tareas se hacen un poco más complejas para una mujer. Más que nada en términos de higiene y, en otras ocasiones, por seguridad”.
Arlina también es de opinión de que “las mujeres tenemos la sensibilidad para manejar ciertas situaciones difíciles a nivel de los recursos humanos. No digo que sean exclusivas. Así como los hombres tendrán mil fortalezas. Pero yo sí creo que las mujeres somos más frías al momento de tomar una decisión, más consistentes. Y no lo digo únicamente por mí. Lo digo porque veo otras colaboradoras mujeres que tenemos en el área, y en muchas otras áreas de la empresa, que tenemos esa cualidad en común”.